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Un saque de esquina ejecutado por Manu Busto fue despejado en primera instancia por el portero Irureta, el rechace le cayó a los pies de Aitor Sanz que desde fuera del área enganchó un fuerte disparo que se coló en la red ante el delirio de las gradas del Tartiere.

El gol asentó más al Oviedo que seguía defendiendo con brillantez sin balón y además tenían fuerzas suficientes para generar situaciones de peligro ante la portería del Éibar, una de ellas tras un disparo de Casares después de una jugada de contraataque que inició Xavi Moré y la más clara un disparo del propio Xavi Moré al borde del descanso que atrapó con solvencia Irureta, en una acción de contraataque que los azules iniciaron en su campo y de la que el árbitro se desentendió para no señalar una clara tarjeta por un claro placaje a Cervero. Así, finalizó una primera mitad en la que los oviedistas hicieron méritos para haber logrado una mayor ventaja en el marcador.

En la reanudación, el Oviedo no varió su guión, mientras que el Éibar trató de tener más la posesión del balón. Adelantó metros y obligó a los azules a defender unos metros más atrás. Una situación que tuvo prolongación con la entrada al campo de Mainz y Jito.

Apenas tres minutos después de su salida al campo los dos jugadores fueron los protagonistas de la jugada del gol del empate que remató a la red Mainz en el primer disparo entre los tres palos de los guipuzcoanos.

El Oviedo acusó el golpe, pero reaccionó bien y se volvió a meter en el partido, haciendo sufrir a un Éibar que acabó metido atrás, aunque a los azules les costaba en exceso acercarse con claridad al área rival. Un disparo de Héctor Simón desde fuera del área, en el minuto 73, fue lo más destacado antes de entrar en el tramo decisivo de un partido en el que el Éibar sufría el acoso del Oviedo.

Los azules lo seguían intentando, la mayoría de las ocasiones con más ganas que acierto espoleado por unas gradas que seguían apoyando sin descanso a su equipo. Los últimos minutos puso más intensidad, pero le faltó acierto en el último pase para generar claras situaciones de peligro. Sin embargo, al Éibar le hizo falta poco para ponerse por delante en el marcador y dejar la eliminatoria muy a su favor, ya que Roldán acertó a culminar una jugada de contraataque, tras una dejada de Jito para de disparo cruzado batir a Orlando Quintana, en una acción que nació de una pérdida de balón de los azules en ataque.

Con una última ocasión de Señé, que atrapó bien Irureta, se cerró el partido ante la decepción del Tartiere ante una derrota que deja la eliminatoria muy cuesta arriba para el Oviedo.