Roberto Sánchez Ramos

Portavoz de IU en el Ayuntamiento de Oviedo

El Carlos Tartiere, un gran equipo.

Los seguidores del Oviedo, de Primera División

-¿Cómo explicaría usted a un niño lo que es la felicidad?-No se lo explicaría, le tiraría una pelota para que jugara.Dorothee Sölle (teóloga alemana)

Vicente Villamil, al contrario que el Fondo Monetario Internacional (FMI), no falló en sus previsiones. Me lo había anunciado con la precisión de un reloj suizo: «Rivi, el Éibar es un equipo muy compacto, muy bien trabajado, que llega, que toca y toca€ acuérdate de que eliminaron al Athletic de Bilbao de la Copa». Fue el pasado miércoles, durante el entrenamiento del equipo, mientras el bueno de Juan Mesa nos esperaba para deleitarnos con el magnífico museo que refleja la historia del Real Oviedo desde 1926.

A la misa pagana del domingo le llovieron más fieles que el día del Albacete: 20.600 gargantas identificados con la pancarta de Symmachiarii: «Luchad como antaño». Sólo faltó el Arzobispo. El equipo azul jugaba con una afición de Primera División. El jugador número doce soplaba los vientos de fervor que empujan el balón cuando las piernas flaquean. Los jugadores del equipo contrario saben que sin hinchada es como bailar sin música. ¡ El Carlos Tartiere, convertido en un gran equipo!

En los primeros minutos el balón fue para el Éibar, disfrazado de rayas verdes y blancas, El Oviedo vivía de contraataques inquietantes que hacían presagiar un bonito encuentro. El Tartiere vibra con un do de pecho taurino de Diego Cervero. La química de las gradas contagia a nuestros futbolistas€ y llega el gol de Aitor Sanz. En el último respiro de la primera parte, otro Irureta, el portero del Éibar, hace el paradón del partido. La segunda parte comienza con un Éibar adueñándose de la pelota y del campo. El Oviedo espera y corre, y en el minuto 58 un balón sin dueño en el área azul muerde las mallas de Orlando. El Tartiere enmudece durante treinta segundos. La afición sigue animando y llegan los cambios: el Oviedo lo intenta con Pepe Díaz y Josep Señé. El Éibar, con dos calvos que ordenan, tocan y tocan hasta hacerse prácticamente dueños del juego.

En el minuto 88 la afición se lleva las manos a la cabeza, es necesario que ésta siga pegada al resto del cuerpo. El Éibar hace su segundo gol.

El fútbol continúa queriendo ser el arte de lo imprevisto. El Éibar llegó dos veces a la puerta del Oviedo y metió dos goles. Por la mañana, en La Corredoria, las magníficas chicas del Oviedo Moderno llegaron siete veces a la portería del Granada y los palos y los nervios dejaron la contienda a cero.

Caen las sombras sobre el Tartiere y el estadio se vacía y regresa la soledad. Quedan 90 minutos para reencontrarnos con la Historia. Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al final del partido.

Jaime Reinares Fernández

Primer teniente de alcalde

Una satisfacción que se debe a los aficionados.

Quienes no estuvieron a la altura fueron algunos futbolistas, que no han tenido intensidad ni fortuna

Nuevamente la afición oviedista el domingo ha dado otra muestra más de su fidelidad y apoyo al Real Oviedo en el Carlos Tartiere durante el partido contra el Éibar.

Quienes no han estado a esa altura fueron algunos de los futbolistas que, a pesar de lo mucho que la entidad y la afición se jugaban, no han tenido la intensidad ni la fortuna, que también hace falta pero que hay que buscarla, para conseguir el propósito de obtener un mejor resultado para la visita a Ipurúa.

Hace dos semanas pronosticaba que el Oviedo «mojaría» en Albacete y ése sería el billete de paso a la siguiente eliminatoria. Pues ahora espero que toda la plantilla técnica, incluidos los futbolistas, se conciencien de que tienen que pasar esta eliminatoria para darle a esta formidable afición, que les apoyará hasta la extenuación en Éibar, esa satisfacción que merecen de pasar a la siguiente y conseguir el ansiado ascenso a la Segunda División.

Vamos todos a empujar y a trabajar por ello aunque la perjudicada sea la afición del Éibar a la que desde aquí quiero felicitar por su exquisito comportamiento de deportividad y consideración hacia el rival el pasado domingo.