Gary Lineker, un destacado delantero inglés de las década de los 80 y 90, hizo célebre una frase que durante muchos años se convirtió casi en una verdad absoluta. Tras una de sus frecuentes derrotas frente a Alemania, a Lineker le salió del alma esta declaración: «El fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan». Ahora, consumidos casi trece años del nuevo siglo, el dicho merece una adaptación para hacer justicia a España. El dominio de la Roja, en sus distintas versiones y categorías, empieza a resultar abrumador. Tanto como la trayectoria de la selección sub-21 en el Europeo que acabó ayer en Jerusalén. Con victoria, por supuesto.

Hace dos años, el equipo dirigido por Luis Milla desde el banquillo y por Mata y Adrián, entre otros, en el césped, dio una lección de fútbol que culminó con el tercer título europeo sub-21. Ayer cayó el cuarto. Y, como en los cuatro partidos anteriores, tras destrozar a Italia con un arrollador ejercicio colectivo coronado por la inspiración goleadora de Thiago Alcántara, que se apuntó un «hat-trick». El barcelonista se reivindicó por todo lo alto en plena incertidumbre sobre su futuro. La cláusula de 18 millones convierte al hijo de Mazinho en un objetivo apetecible para los mejores equipos de Europa. Pese a su calidad, Thiago no tiene garantizada la titularidad en el Barcelona. Tiene el futuro en sus manos.

Thiago no es el único que sale revalorizado del torneo en Israel. El Málaga se frota las manos por la revalorización de Isco. En el Madrid pueden contar con Morata como una apuesta de presente. Montoya y Alberto Moreno han confirmado, partido a partido, que ya no hay crisis de laterales en el fútbol español. Y el rendimiento de Íñigo Martínez e Illarramendi sirve para explicar la excepcional temporada que ha hecho la Real Sociedad.

España sub-21 ha enseñado un ramillete de futbolistas de tronío entregados a una causa común, la del equipo. Por eso selecciones tan complicadas como Italia no han tenido nada que hacer. También son buenos equipos, trabajados, correosos, pero lejos en cualquier caso de la excelencia española.

Italia 2 - España 4

Italia: Bardi, Donati, Verratti (Crimi, min. 75), Caldirola, Florenzi (Saponara, min. 57), Immobile (Gabbiadini, min. 57), Insigne, Bianchetti, Regini, Borini y Rossi.

España: De Gea; Montoya, Bartra, Íñigo Martínez, Alberto Moreno; Koke (Camacho, min.85), Illarramendi, Thiago; Tello (Muniaín, min. 69), Morata (Rodrigo, min. 80) e Isco.

Goles: 0-1, min. 6: Thiago. 1-1, min.10: Immobile. 1-2, min. 31: Thiago. 1-3, min. 38: Thiago, de penalti. 1-4, min. 65: Isco, de penalti. 2-4, min. 79: Borini.

Árbitro: Matej Jug (Eslovenia). Amonestó a los italianos Verratti, Regini, Caldirola y Crimi; y a los españoles Koke, Tello e Íñigo Martínez.

Estadio Teddy de Jerusalén: Casi lleno, 29.320 espectadores Final de la Eurocopa sub 21 de Israel.