«Estoy muy contento y aprendiendo un montón todos los días». Cualquier chaval de su edad diría esta frase en un contexto muy diferente. Guille Donoso muestra ante los medios el mismo desparpajo con el que supera contrarios sobre el césped. Con 18 años recién cumplidos, la última perla salida de Mareo anuncia que ha venido para quedarse y se sube en marcha al tren del primer equipo, aunque es plenamente consciente de que hay muchas cuestiones por pulir.

«El entrenador me dice que tengo que mejorar bastantes cosas y voy intentándolo poco a poco», confiesa el chaval en un alarde de humildad que dice mucho en su favor. Guillermo Donoso Alonso (Gijón, 08-07-1995) es un habilidoso extremo que está causando sensación entre el sportinguismo desde su irrupción en el primer equipo. «Estoy aquí para intentar quedarme y hacer todo lo que pueda, es una oportunidad que no sabes cuándo se te va a presentar de nuevo y hay que aprovecharla», sentencia pleno de ambición este joven futbolista.

Guille Donoso es uno de esos jugadores que ganan simpatizantes cada vez que salta al césped, ya sea para un partido o para un entrenamiento. A pesar de su juventud da síntomas de tener la cabeza bien amueblada y los pies en el suelo, como demuestra cuando agradece la acogida que le han dado sus compañeros. No siempre es fácil para un juvenil hacerse sitio en un vestuario profesional. «Me están ayudando todos mucho, y la verdad es que eso se agradece porque llegas nuevo y al principio te cuesta un poco», admite.

A los que ya venían siguiendo la trayectoria de este futbolista desde las categorías inferiores no les causa ninguna sorpresa ver lo bien que se está adaptando al primer equipo. Sin embargo, el jugador reconoce sentir un poco de vértigo. Hace apenas unos meses estaba en el juvenil y ahora trabaja para convencer a Sandoval.

Este vecino del gijonés barrio de La Calzada llegó al Sporting con 7 años, después de haberse iniciado en la Peña Natahoyo, y fue subiendo los peldaños de los equipos de base. Algunos de ellos de dos en dos. Manuel Sánchez Murias lo hizo debutar en el segundo equipo rojiblanco hace dos temporadas, pero su consolidación llegó de la mano de Abelardo en la temporada pasada. El Pitu se vio obligado a buscar un recambio tras la subida de Santi Jara al primer equipo y Guille Donoso necesitó poco tiempo para convertirse en uno de los futbolistas más destacados del filial.

«Está siendo todo bastante rápido, pero hay que tener tranquilidad y saber que mi sitio está en el filial». El jugador comparece ante los medios con la lección bien aprendida, aunque la ambición se cuela en sus palabras: «Aquí estoy preparado para cualquier cosa».

Cuando mira a su alrededor, Guille se da cuenta de la importante competencia que tendrá para conseguir consolidarse en el fútbol profesional. «Hay jugadorazos en las bandas y es muy difícil», admite. Rápidamente, el joven futbolista da una vuelta de tuerca a su razonamiento y extrae una lectura positiva de la que puede sacar un beneficio: «Se agradece porque me viene bien a la hora de mejorar individualmente».

Como es lógico, acusa el salto de categoría al fútbol profesional, y explica que «es un ritmo distinto, todo va mucho más rápido y tienes que estar más concentrado, pero con las ganas que tengo lo llevo bastante bien». Incluso se atreve a apuntar que el juego de Segunda División se adapta mejor a sus características: «Segunda B es un fútbol más físico y aquí tiene más importancia el balón, para mi juego es más cómodo».

Como cualquier futbolista que busca referentes en Mareo, Guillermo Donoso se acaba de tropezar con Quini. «Lo conocí hace dos semanas y es un crack, un ejemplo para mí que llevo aquí once años, es un referente sin ninguna duda», confiesa. Como a todos los jóvenes, se le cuestiona acerca del espejo en el que se mira. De nuevo pica alto cuando toma notas de jugadores a imitar: «Me intento fijar en Jesús Navas, que puede tener un juego parecido al mío».