La normalidad en las relaciones entre las dos instituciones más representativas del deporte asturiano era poco menos que una quimera no hace tanto. La etapa de Alberto González en el Oviedo hizo que el silencio reinara entre ambos clubes. Su salida hizo recuperarse la cordialidad gracias a la amistad entre los dos presidentes por entonces, Toni Fidalgo y Manuel Vega-Arango. Sus sucesores ahora, Jorge Menéndez Vallina y Antonio Veiga, abogan por la colaboración y las buenas palabras cuando se refieren al máximo rival futbolístico. "Ya se lo he dicho al presidente del Oviedo: puede contar con nosotros para lo que quiera", comentó Veiga. Su homólogo azul recogió el guante: "Lo lógico es normalizar la situación entre los dos equipos".

Oviedo y Sporting estrecharon lazos por una buena causa. La presentación del libro "Un derbi solidario" (50 historias sobre ambos equipos que se vende a beneficio de la asociación Down Asturias) reunió en la tienda oficial del club azul a representantes de los dos clubes.

Jorge Menéndez Vallina estrenó presidencia en un acto oficial, escoltado por el entrenador, Carlos Granero; el preparador físico, Carmelo del Pozo y el capitán Diego Cervero. Por el lado rojiblanco estuvieron presentes, además de Antonio Veiga, el entrenador José Ramón Sandoval, y uno de los capitanes, Alberto Lora. Al acto, que contó con la colaboración de David García en representación de ediciones Nobel, también acudió parte del pasado más glorioso de ambos equipos. Carlos, Armando, César, Vili y familiares de Tensi, por los carbayones; Joaquín, David y Sabou, por los rojiblancos.

"El fútbol es diferente. Es curioso porque es una vorágine, una locura. El teléfono echa humo. Tengo mucha ilusión y muchas ganas de hacer todo lo posible para llevar al Oviedo donde se merece". Menéndez Vallina se estrenaba en un acto institucional con un mensaje cargado de positividad a las preguntas de los conductores del acto, los periodistas asturianos Pedro Zuazua y Antón Meana. Antonio Veiga, el máximo dirigente sportinguista, se sumó a la corriente de optimismo: "Yo no me atrevo a decir que vamos a subir, pero sí que tenemos como meta el ascenso". Y lanzó un guiño al eterno rival: "Me satisfacen los éxitos del Oviedo. Al nuevo presidente le digo que me alegraría que tuviera muchos éxitos al frente del club".

Tras la intervención de los dos presidentes llegó el turno de los técnicos. Ni Carlos Granero ni José Ramón Sandoval han mamado oviedismo y sportinguismo desde la cuna. Lo suyo ha sido más bien un enamoramiento tardío, por cuestiones laborales en un principio que se han convertido en algo más. Para el técnico azul, el propósito para 2014 no admite ninguna duda. "Queremos subir. Entiendo que hay una urgencia histórica que nos devora pero hay que saber llevarla. Hemos dicho desde el principio que el objetivo era subir y nos podemos bajar de ese caballo. Es el reto que hemos asumido. Si somos capaces de conseguir estabilidad social, más pronto que tarde estaremos arriba", defendió.

Sandoval tiene la ventaja respecto a Granero que cualquier análisis se produce desde una posición más cómoda, la que le otorga el segundo puesto de la tabla, el que da derecho al ascenso a Primera. Pero su discurso es tranquilo a pesar de la marcha del equipo. "No me obsesiona subir. Hay que pensar en el presente y disfrutar del camino. Estoy convencido de que este año la afición está disfrutando más que el resto de los años", aseguró. "El mayor éxito es que habitualmente vayan 20.000 personas a El Molinón", incidió.

La cuota futbolística de actualidad se completó con dos hombres de peso en los vestuarios de Oviedo y Sporting. Cervero y Lora viven en primera persona los sueños de dos aficiones multitudinarias que alzan la vista hacia junio con el ineludible objetivo del ascenso. "Llevo tiempo en este club y en el fútbol y soy consciente de mis limitaciones. Sé que nunca voy a jugar en la selección, por ejemplo, pero siempre digo que aún tengo una cosa por hacer en este deporte: Disputar un derbi oficial contra el Sporting. Echo de menos los partidos de rivalidad que se jugaban en las categorías inferiores", analizó Cervero. "Aunque no nací en Asturias sé lo que significa el Sporting", intervino Lora, "un club histórico con una afición que hace un seguimiento espectacular; no sólo en El Molinón, sino todos los días".