Se ha convertido en el primer recambio de Sandoval para un centro del campo intocable en las últimas jornadas. "Ser titular se ha puesto muy caro", advierte Casquero, que se postula como el encargado de suplir la baja por sanción de Nacho Cases y compartir la medular con Álex Barrera y Sergio. "Me alegro mucho por los compañeros que están actuando en el centro del campo. Son chicos jóvenes, con mucha ilusión, que están aportando muchas cosas", subraya el talaverano. Lo hace deslizando su apoyo a Sergio, sin nombrarlo: "Uno de ellos lo pasó muy mal en pretemporada y, ahora, lo está haciendo muy bien".

El reconocimiento a los que comparten con él el centro del campo no se convierte en un mensaje de conformidad hacia su situación. Javier Casquero no quiere limitarse a jugar un rol secundario dentro de la plantilla y reivindica su deseo de prolongar sus apariciones en el once más allá del caso de cubrir alguna baja por sanción, como sucederá esta jornada. "Necesito protagonismo con el balón y una cierta continuidad para poder demostrar cosas. Si entras de vez en cuando, es difícil demostrar el nivel. Para eso trabajo, porque sé que cuando me llegue la oportunidad tengo que hacer un muy buen partido para poder continuar en el equipo titular", advierte.

Casquero llama a dejar en el olvido el encuentro ante el Zaragoza, aunque desvela que en el descanso trató de calmar los ánimos para que los nervios no jugaran en contra del equipo. "He vivido de todo en mi carrera, y cuando entré en el vestuario pedí que nos olvidáramos del árbitro cuanto antes", señala. El rojiblanco comparte la opinión de sus compañeros en que esta experiencia ha unido mucho más al grupo y recuerda que ser uno de los conjuntos más tarjeteados de la categoría no resume la actitud de los jugadores. "Somos un equipo que va al límete, que juega con mucha intensidad y vamos a todas. Habrá entradas merecedoras de cartulina, pero no somos ni mucho menos violentos. Aquí no hay futbolistas de los que dan patadas", sostiene.