Así que al Oviedo se le limitaron sus opciones en ataque. A estas alturas parece evidente que al equipo le cuesta un mundo crear ocasiones en jugadas elaboradas, así que los de Robles decidieron esperar su momento con las garras afiladas. El Ferrol tampoco hizo mucho por convertir el asunto en algo entretenido: la primera parte fue más intensa que atractiva.

Álvaro avisó para los azules de testarazo en un saque de esquina de Susaeta. El extremo probó después a media distancia. Balas de fogueo para la meta gallega. La más nítida fue de los locales, que no llegaron al área azul con la frecuencia a la que están acostumbrados. Mérito azul. Marcos Álvarez se encontró un balón en el área e intentó cruzar ante Pol, pero el cancerbero tapó todo hueco posible.

La segunda parte sí mostró a un Oviedo más ambicioso. Se vio, por ejemplo, a laterales pisando campo contrario. Con sentido, no obligados por la inercia. Iván Rubio, que había sustituido a un lesionado Álvaro a los cinco minutos de la reanudación, visitó el área gallega como gran novedad. Como no podía ser de otra forma, la acción llegó en un error de los gallegos. Un saque de banda del Ferrol se convirtió en una invitación para el ataque azul. Sergio García se aprovechó para controlar y ser trabado por Pérez. Penalti sin discusión, sanción a la torpeza. Susaeta asumió la responsabilidad. Lanzó con pulcritud a un lado de la meta. Irá en su mérito convertir en acto rutinario una acción con tanto peso en el devenir de la temporada.

Los locales parecieron aturdidos por el golpe y al Oviedo le creció entonces la autoestima. Ganó centímetros una vez más la figura de Erice en el centro del campo. La principal virtud del navarro es que a su lado todos parecen un poco mejores. La ofensiva local se limitó a una falta lejana que Pablo Rey estrelló contra el travesaño de Pol.

Resistió el Oviedo y la victoria le permite sacar levemente la cabeza. El empate del Guijuelo le sitúa cuarto, aunque aún no depende de sí mismo. Al menos ya sabe el camino para meterse en play-off: actuar sin ataduras en busca de los tres puntos. El estado de máxima necesidad le ha hecho comprender al Oviedo que es el único camino. Lástima que haya llegado tan tarde. Pero el fútbol siempre ofrece una última oportunidad cuando nadie se la espera.