El nombre de Yago Lamela quedaba unido ayer al de otros deportistas que perdieron la vida por problemas personales. Entre ellos el ciclista José María "Chava" Jiménez, que falleció en una clínica de Madrid el 6 de diciembre de 2003. Dos años antes se había retirado del ciclismo como consecuencia de una depresión.

Un año más tarde, en febrero de 2004, el también ciclista italiano Marco Pantani fue hallado muerto en su residencia de Rímini. La autopsia determinó que murió por una sobredosis de cocaína.

En agosto de ese año, el atleta español especializado en pruebas de mediofondo Teófilo Benito murió en trágicas circunstancias al lanzarse al vacío desde la habitación de un hotel de Madrid.

El jugador de waterpolo Jesús Rollán falleció el 11 de marzo de 2006, a los 37 años, cuando intentaba superar sus problemas de depresión y dependencia a las drogas en una clínica de Gerona.

En octubre 2009, el ciclista belga Van Vandenbroucke apareció muerto en extrañas circunstancias en una habitación de hotel de Senegal.

Solo un mes después, el exportero alemán del FC Barcelona y del Tenerife Robert Enke se suicidó a los 32 años víctima de una depresión por problemas familiares y el miedo al fracaso profesional.

Ese mismo mes el ciclista belga Dimitri Fauw fue hallado colgado en su ciudad natal de Gante. La investigación apuntó como causa más probable la depresión que sufría y manifestada tras provocar el accidente que causó la muerte del español Isaac Gálvez, tres años antes en la prueba de los Seis Días de Gante.

El 10 de enero de 2011 el ciclista Alberto León, imputado en las operaciones Galgo y Puerto, apareció muerto en su domicilio de El Escorial (Madrid) en extraña circunstancias.

Seis meses más tarde, el esquiador Jeret Peterson, plata olímpica en los Juegos de Vancouver de 2010, también se suicidó por el disparo de un arma en Salt Lake City (Utah).