La pretemporada es tiempo de ensayos, pruebas, reivindicaciones. El Sporting estrenó el calendario de amistosos veraniegos ante el Marino con el ensayo de un 4-2-3-1 como nuevo dibujo táctico, la prueba de que la victoria por la mínima, manteniendo la portería a cero, será una de las normas del proyecto de Abelardo y la reivindicación de Mareo, en la figura de Álvaro Bustos, Rachid y Castro. Este último el autor del gol de la victora ante un rocoso Marino que vendió cara la derrota.

Abelardo citó en Miramar a 22 futbolistas, los justos para presentar un equipo diferente en cada tiempo. Se quedaron fuera los lesionados Juan Muñiz, Álex Menéndez, Hugo Fraile, Álex Serrano, Adama y Mendy, mientras que Scepovic e Isma López completaron la lista de asuencias, en este caso, al ser dos de los jugadores que pueden abandonar en breve la discipina rojiblanca. Miramar ejerció como escenario del debut con el primer equipo rojiblanco de Viesca, Álvaro Bustos, Benito, Meré, Rachid y Castro. Hubo otro estreno, el de la camiseta, ya que el conjunto gijones vistió por primera vez la nueva equipacion rojiblanca. En Luanco se quedaron sin ver al fichaje exótico del verano, el delantero mexicano Álan Dávila. Por contra, descubrieron las buenas manera de Torres, una de las caras nuevas.

El duro inicio de la pretemporada, que ya ha hecho mella en las piernas de los futbolistas de dos equipos que disputaban su primer amistoso veraniego, no impidió que algunos aprovecharan para reivindicarse. Luanco, el escenario que descubrió el primer gol de Scepovic como rojiblanco, alumbró en la primera parte a dos de las novedades en la banda izquierda del conjunto del Pitu. Álvaro Bustos abrió su particular recital con una ruleta que terminó en autopase entre los aplausos del público. Fue el primero de sus continuios desbordes de un Sporting ordenado, con líneas juntas y con circulación rápida del balón. Dudi pudo dar cuenta del atrevido fútbol del gijonés, el encargado de buscarle las cosquillas a los de Quirós, que esperaban al contragolpe. Un simple movimiento de cadera del extremo rojiblanco dejó clavado al marinista. Plástica y práctica que ejerció como preludio de la mejor ocasión del Sporting.

El centro del gijonés acabó paseándose por el área pequeña de Ponzo sin encontrar, por centímetros, el remate de Barrera. A los méritos de Bustos hay que añadirle la ayuda prestada por Viesca, que ha pasado de jugar en el Uni, a ser uno de los futbolistas más sobrios del nuevo Sporting, apuntándose a las alternativas de Abelardo para el lateral zurdo. Nacho Cases se puso el mono de trabajo y se sumó al capítulo de destacados convirtiéndose en el encargado de encadenar recuperaciones. Luis Hernández, con dos cabezazos a saque de esquina, fue el encargado de sacar provecho de la estrategia.

Tras el descanso, el conjunto rojiblanco renovó por completo su once, mientras el Marino, con menos banquillo, cambiaba piezas progresivamente. El juego mantuvo el protagonismo rojiblanco, aunque el partido continuó sin ocasiones claras. El Marino, hasta entonces en manos del participativo Torres, acusó su ausencia, mientras Abelardo se encomendaba en ataque a los jóvenes Castro y Pablo Pérez. Este último tuvo en sus botas la oportunidad de estrenar el marcador, pero las ganas de agradar acabaron por dejarle perdido en un mar de recortes en el área. Poco despues, Bernardo, por su parte, tomó el testigo de Luis Hernández en la estrategia con un cabezazo que se fue lamiendo el larguero.

Hubo que esperar al minuto 77 para que se estrenara el marcador. Castro hizo de Scepovic, y aprovechó un buen pase entre líneas de Rachid, otro de los protagonistas de la tarde, para justificar el dominio visitante. El gol da la primera victoria.