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Campeonato del Mundo de Fórmula 1 | TRAS EL GRAN PREMIO DE HUNGRÍA

Alonso, cumpleaños feliz

El asturiano celebra su 33.º aniversario con una carrera antológica en Hungría que debe servir para relanzar a Ferrari

Alonso, cumpleaños feliz

Pocas veces una segunda plaza, mediada la temporada y sin mayor trascendencia para la clasificación, fue tan celebrada como la lograda en Hungría por el asturiano Fernando Alonso, que conseguía con el F14T su mejor clasificación de la temporada. Junto a él, en el podio de Hungaroring, otros dos pilotos felices: el australiano Daniel Ricciardo, la gran revelación de la temporada en su debut en Red Bull, el torturador del tetracampeón Sebastian Vettel, y un Lewis Hamilton que lograba llevar por segunda ocasión consecutiva su Mercedes desde el pit lane hasta la tercera plaza final, con el plus añadido de haber sorteado un trompo en la primera vuelta y con el premio especial de haber superado en la línea de meta a su compañero Nico Rosberg, el líder del campeonato y que salía desde la pole.

"Este podio significa mucho para mí y para todo el equipo después de muchas carreras difíciles. El segundo puesto sabe a victoria", escribía ayer Alonso en su página oficial de internet. Y es que llevar este Ferrari al segundo escalón del cajón, habiéndose visto superado por el vencedor Ricciardo únicamente a tres vueltas de la bandera a cuadros, tiene un mérito sobresaliente.

En un GP vibrante en el que pasó de todo, el mejor y más entretenido sin duda de la temporada, Ferrari arriesgó con la estregia... y acertó. Fernando Alonso entró en la vuelta 38 de las 70 a las que estaba programada la carrera a realizar el segundo cambio de neumáticos, colocando un juego blando y usado, y se la jugó a llegar con él hasta el final. Estirar 32 vueltas ese juego parecía una misión suicida, pero tenía tres cuestiones a favor: la baja temperatura del asfalto; el aire limpio en el frontal del Ferrari ya que poco después el asturiano quedaba en cabeza al entrar los que le precedían a realizar su cambio de neumáticos, y el propio pilotaje del ovetense, las manos del campeón, capaz como ninguno de exprimir más allá de lo imaginable su monoplaza se llame Minardi, Renault, McLaren o Ferrari.

Esa segunda plaza en Hungría se convertía en un magnífico regalo de cumpleaños para Fernando Alonso, que hoy llega a los 33, y en un auténtico regalazo para todo Maranello. Un soplo de ilusión, de ánimo, para compensar aunque sólo sea en parte tanta decepción esta temporada. Cierto que el F14T es un coche fiable y más en las manos de Alonso -el único piloto que ha terminado en los puntos las once carreras que se llevan disputadas esta temporada-, pero le falta la chispa necesaria no sólo para luchar por el campeonato, sino siquiera para estar en el podio.

El "Circo" se toma ahora tres semanas de vacaciones. Gracias a pilotos como Ricciardo, Hamilton y Alonso el campeonato de 2014 aún puede ofrecernos más carreras como la de Hungría. Pilotos que ponen sal y pimienta a un plato que Mercedes quiere entregar a Rosberg para mayor gloria alemana. Es el favorito, sí, pero no lo tendrá fácil.

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