"Estos chavales, este equipo por el que ni Dios daba un duro en verano, ha superado un récord que nadie había conseguido en los 109 años de historia del club. Ahí queda. Empatamos, pero esta alegría no me la quita nadie". Abelardo se encargó de borrar de un plumazo esa sensación de haberse quedado a medias con la que buena parte del sportinguismo abandonó El Molinón tras no haber podido superar al modesto Llagostera. A pesar de que un triunfo hubiera colocado a los gijoneses líderes, el técnico rojiblanco piensa en positivo, más allá de que el equipo no pudo desarrollar su mejor fútbol, y da especial valor al punto.

"Si terminamos la temporada en promoción, tal y como estamos ahora, soy capaz de ponerme peluca. El rendimiento del equipo es increíble. 26 puntos a estas alturas, con la bisoñez que tenemos... Me quito el sombrero ante ellos", subraya Abelardo. El Pitu cambió la frustración con la que vio buena parte del partido desde el banquillo, por un discurso optimista al término del encuentro con el ánimo de hacer justicia a los méritos del Sporting en el inicio liguero. "Mantenerse catorce partidos sin perder es muy difícil", recuerda el técnico. Esta alegría por superar las cifras de otro histórico como Boskov no le lleva a olvidar los apuros vividos ante el Llagostera. "Nos llevamos un punto como podía haber sido ninguno. Ellos hicieron su partido, nos ha estudiado bien y nos ha llevado a su terreno. Lo hemos intentado, lo dimos todo, pero nos ha faltado paciencia", admite.

Abelardo había avisado en la previa del encuentro que no le gustaba la euforia que rodeaba al equipo, en el sentido de que podría llevar a cierta relajación. Sin embargo, no cree que los suyos se hayan acomodado ante el humilde potencial del rival. "No ha influido. Sabemos que todos los partidos son muy difíciles. ¡Con el último, el Albacete, empatamos en el 93! Creo que nos vienen mejor los equipos que nos dejan jugar que este tipo de rivales. Los contrarios lo saben, y nos intentan contrarrestar", señala. Las pérdidas de tiempo de los catalanes acabaron por desesperar a Abelardo, aunque matiza que "es normal. Ellos sabían que somos un conjunto intenso, que nos gusta jugar rápido, y ellos hacían todo lo contrario. Es lógico y lícito". Por último, el técnico se rinde ante el gran momento que atraviesa Cuéllar, salvador de los rojiblancos en dos ocasiones clamorosas de gol. "Ha estado muy bien, sobre todo ha hecho un paradón en la última jugada. Ha sido el partido en el que más ha aparecido. Todos sabemos de su valía", destaca.