El presidente del Sporting, Antonio Veiga, intentó ayer lanzar un mensaje de tranquilidad a los aficionados rojiblancos. "El Sporting no desaparece" sentenció el dirigente rojiblanco. La mala situación económica de la entidad ha sembrado la incertidumbre en el sportinguismo, que se debate entre la felicidad por los éxitos deportivos del equipo y la preocupación por la situación económica e institucional. Las deudas de la entidad y la falta de liquidez ahogan a los gestores rojiblancos que no pueden hacer frente a los pagos pendientes. El proceso para la venta del club no acaba de resolverse y los problemas no encuentran solución. Los ingresos del partido ante el Alcorcón, en el que se registró la mejor entrada de la temporada, sirvieron para atender la nómina pendiente con parte de los empleados del club. El resto siguen a la espera de ponerse al día.

En medio de este contexto, Antonio Veiga intentó lanzar un mensaje de tranquilidad. "Que debamos dinero a Hacienda no significa que vayamos a desaparecer", insiste el presidente rojiblanco. Quizá no, pero la deuda con la Agencia Tributaria está teniendo ya consecuencias que afectan a la parcela deportiva. El Sporting arrastra una deuda que ya supera los 5 millones de euros con Hacienda por impagos de los impuestos devengados desde 2012, principalmente por las fichas de los futbolistas. Este impago ha provocado una sanción que ha impedido a los rojiblancos realizar fichajes durante un año, lo que afectó al pasado mercado de verano y afectará al de invierno que se abre el 1 de enero. A ello hay que sumar los dos aplazamientos que tiene acordados el club con Hacienda por 6,5 millones (a pagar en 2015) y por 4,4 millones en 2017 (ésta es la más preocupante al tratarse de deuda subordinada). Además de la sanción al club, Hacienda ha impuesto ya embargos al Sporting.

La solución más probable pasaría por la venta del club, con las dudas que generan los tres compradores con los negocia Javier Fernández, hijo del máximo accionista y vicepresidente rojiblanco. "La solución no es fácil, pero esto tiene una solución que hay que buscar", admite Veiga para quien la mejor opción es "se lleve a efecto con buen fin la venta del paquete accionarial mayoritario que se está negociando".

La venta del Sporting tiene paralizado el club en sus órganos de gestión. Se atiende lo justo para que el club funcione en su actividad cotidiana, pero el consejo de administración está inoperativo y Javier Fernández apenas se reúne con su círculo más íntimo, que son Javier Martínez y García Amado.

Veiga abre por primera vez la puerta a que la venta del club termine no fructificando y asegura que eso tampoco pondría en peligro la supervivencia del Sporting: "Si no se logra, habrá que buscar otro tipo de soluciones, que las puede haber". El sportinguismo vive días de desconcierto y la falta de información sobre cuestiones trascendentales del club abona la incertidumbre.