Esteban ejerció de capitán y de jugador con un peso específico enorme en el vestuario del Oviedo antes de la incómoda visita que los azules tienen que afrontar el domingo (12 horas) en El Molinón. Para el portero avilesino que el conjunto azul tenga que medirse a equipos filiales es algo "contra natura, una pena", y la consecuencia de "malas gestiones deportivas e institucionales". Una afrenta con la que aspira a acabar antes de dejar el fútbol.

"Para el Real Oviedo, hablo del Real Oviedo, no del filial del Real Oviedo, los derbis son contra los primeros equipos", aclaró Esteban nada más empezar su comparecencia tras el entrenamiento de ayer en El Requexón. Para a continuación añadir: "A este escudo y a esta camiseta se le ha hecho mucho daño y la consecuencia es que se juega contra los filiales. Nuestra idea es que eso deje de suceder pronto".

Por lo tanto, Esteban considera que el partido ante el Sporting B es "uno más". El guardameta quiso dejar claro que no es un partido especial: "Para mi ir a El Molinón supone intentar sumar 46 puntos y mirar de reojo lo que hace el Guijuelo. Ilusión me hacía cuando ibas a jugar un derbi y toda la región estaba pendiente de ti porque la mitad era del Oviedo y la otra mitad del Sporting, y podías presumir si ganabas o aguantar si perdías. Y lo que me da pena es que las malas gestiones deportivas e institucionales nos hayan llevado a jugar contra filiales, que ahora tengamos que pagar este peaje. Respeto muchísimo al Sporting B, al Valladolid B, al Celta B, pero el Real Oviedo tiene un escudo y un peso en la historia que hace que no se merezca jugar contra filiales".

Esta situación del Oviedo es también la principal motivación para el portero en la recta final de su trayectoria deportiva. A sus 39 años, Esteban reconoce que su gran objetivo es sacar al conjunto azul de Segunda B: "Mi máxima ilusión es, algún día, cuando lo deje, poder decir que pasamos de jugar contra filiales, en ciudades deportivas, a jugar en grandes estadios".

Que no sea un partido especial no quiere decir que vayan a tomárselo en serio. Esteban lo tiene claro: "Yo llevo la camiseta de mi equipo, cuidado. Ponerse la camiseta del Oviedo para mi supone una inyección de adrenalina. Y defenderla. Cada vez que me la pongo, da igual contra quien sea, es un motivo de orgullo y de satisfacción. Indudablemente a la gente queremos darle esa alegría, y a todos nos seduce ganar en un campo como El Molinón".

El veterano meta asturiano considera que también el Sporting B tendrá una gran motivación para este partido. "Cuando yo jugaba en el Almería y venía el Madrid o el Barça no hacía falta motivación, la calle te dice ya lo que tienes que hacer. Ellos me imagino que un poco por ser el Oviedo y otro poco por ser el líder este partido les supondrá mucho", explicaba. La obligación de los azules, como líderes que son, es "intentar ganar el partido futbolísticamente, siendo mejores y más intensos; que es lo que hace un líder y lo que hemos hecho nosotros estos seis meses".

La tranquilidad que impera en el entorno del conjunto azul gracias a los buenos resultados deportivos y a la estabilidad que ha alcanzado el club es una buena noticia para Esteban y algo que, en su opinión, tenía que llegar más tarde o más temprano: "Durante muchos años se cogió el camino equivocado, ya era hora de acertar. Luego no sé lo que va a pasar a final de año, pero que la afición esté con nosotros es el camino correcto. Los que se quedaron y los que vinimos sabemos dónde estamos y lo que se espera de nosotros, por eso nos han elegido. Y además los resultados de estos seis meses nos dan la razón".

Esteban puso un ejemplo de la diferencia de la temporada pasada a la actual: "Hubo gente del club el año pasado, Carmelo del Pozo, por ejemplo, que creo que la diferencia saliendo de casa este año a cuando salía el año pasado es grande. Las Navidades son distintas".