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"Si Abelardo se pone peluca por el ascenso, yo me rapo al cero"

"La fase realmente decisiva será durante los últimos tres partidos de Liga", afirma Castro

"En casa siempre me han insistido en que trabaje desde la humildad. Creo que en lo personal no he cambiado en nada. Tampoco he hecho nada todavía en el mundo del fútbol". Carlos Castro es el pequeño de los dos hijos surgidos del matrimonio entre Antonio Castro, prejubilado de la mina, y Clara García, auxiliar de enfermería en el Hospital Central de Asturias. Su hermano, Aitor, completa la familia. "Él también jugó al fútbol, pero ya lo ha dejado. Tiene más calidad que yo a la hora de dar asistencias", advierte. Los Castro García nunca se han perdido un partido en el que tomara parte "Carlinos".

La naturalidad con la que se desenvuelve en el área caracteriza también la forma con la que digiere la explosión que ha vivido esta temporada. En apenas unos meses ha debutado en el primer equipo, se ha convertido en uno de los protagonistas de los históricos números del conjunto de Abelardo e incluso, con 19 años, ha estrenado convocatoria con la selección española sub-21. "Ésta es la etapa más feliz de mi vida", reconoce el rojiblanco. No olvida la grave lesión que le hizo perderse buena parte de la pasada campaña, al sufrir una fractura de peroné. "Estuve cinco meses parado y Abelardo, y el cuerpo técnico, me ayudaron mucho. Entonces y ahora. Les estoy muy agradecido", afirma Castro.

El detalle de las lesiones le lleva a acordarse de Álex Barrera, que esta tarde pasará por quirófano después de sufrir la rotura del ligamento cruzado anterior y el menisco de la rodilla izquierda. "Es un gran amigo y tenía la confianza de que su lesión se quedara en un esguince. Hay que darle ánimo para que vuelva pronto", señala. Lamenta la baja del de Viella, pero mira hacia el próximo rival con ambición. "A Valladolid vamos a por los tres puntos. No vamos a golear siempre, como el Real Madrid, pero somos el Sporting y vamos segundos por algo", asegura sin titubeos. Lo que tiene claro es que, pase lo que pase en el duelo ante el Valladolid y, en el siguiente, ante otro rival directo como la Unión Deportiva Las Palmas, "sólo podrá abrirse un poco de distancia. Las realmente decisivas serán los tres últimas jornadas".

Castro ha tenido desde pequeño una clara referencia: David Villa. "Me sigo fijando en cada uno de sus movimientos", advierte. Por el momento, intenta seguir sus pasos, de la misma forma que lo hace con Quini. "Ya no me hace tanto caso como al principio", bromea el de Ujo. "Me tiene un cariño especial, y yo a él. Siempre me da consejos", explica más en serio. Hay otros delanteros de los que toma nota. "En Segunda los hay muy buenos. Rubén Castro es uno de ellos, pero a mí me gusta más Guerrero", comenta en referencia a su compañero.

Las pachangas en el colegio La Salle o en el polideportivo de Ujo quizá tengan a un jugador de Primera este verano. "Claro que gustaría lograr el ascenso. El último lo viví desde la grada y ahora quiero estar dentro", reconoce Castro. Para ello, se atreve incluso a añadir otra promesa a la ya realizada por Abelardo si se logra subir a la máxima categoría. "Si el Pitu se pone peluca, yo al revés, me rapo al cero", concluye el fenómeno de Ujo.

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