Los mecheros se están calentando para la tarde del sábado en Valladolid. La prensa de la capital castellana avisa de la importancia de la visita del Sporting de Abelardo y su chavalería rusticana. Además de los tres puntos en juego, lo está también la diferencia de goles y la posibilidad de cobrar ventaja en caso de empate al final de la Liga, con lo que ello significaría para el orden de los partidos de la promoción de ascenso. Así de fino hilan en Pucela. Tanto que hacen cuentas con la necesidad de que los abonados acudan al Nuevo José Zorrilla ya que en las últimas jornadas más de una cuarta parte de los mismos prefirieron quedarse en casa. "Zorrilla no puede ser El Molinón", clama en un buen titular para los intereses locales un periódico castellano. A saber qué puede pasar en la tarde del sábado, porque la lista de peñas rojiblancas que anuncian viaje es larga. Como larga será la marcha de coches particulares que trasladarán a seguidores hasta el campo en el que el Sporting jugó su segunda final de Copa del Rey. Tiempos aquellos que, ay, han de volver por encima de ruinas, deudas e impagos. Quizá tarden, pero volverán.
Y llegado a este punto, las buenas costumbres han de ser mantenidas; por tanto, si pregunto, ¿molesto?: ¿el viaje por Tordesillas o por Santas Martas y Medina de Rioseco? La pregunta tiene más trasfondo de lo que pudiera parecer, pero no es éste el sitio para desvelarlo.
Claro que la ruta, con ser cuestión importante, no será el asunto crucial del partido. El asunto crucial es que el Sporting sea capaz de mantener su tono de los veintiséis partidos anteriores, incluido el mostrado en la única derrota. Que se dice pronto: haber jugado veintiséis partidos de Liga y haber perdido tan sólo uno. Una cifra a la que no pudo llegar aquel Sporting de los mejores años de nuestras vidas. Y cuidado que fue grande aquel equipo, un equipo de Primera. De primera especial.
Claro que en estos días felices no hace falta sintonizar el tan necesario canal historia. Hay que sintonizar el programa de comparaciones, que a veces no son odiosas. Por lo que se refiere al Valladolid del sábado, está a tres puntos del Sporting y en cuestión de goles anda parejo: ha marcado uno más que el Sporting y ha encajado uno más. Ha perdido, sin embargo, cinco partidos más que su rival, que a la vista de los datos muestra una enorme capacidad para convertir en puntos los goles y la ausencia de derrotas. El Sporting es, junto a la UD Las Palmas y el Valladolid, el equipo con mejor diferencia de goles de la categoría: veinte a favor. Una cifra que muestra el equilibrio entre los tres. Un trío en el que se ha colado un Sporting que parecía no contar ante la tan cacareada potencia de las plantillas canaria y castellana. El Sporting está en números, que se dice ahora. Y tanto que está cuando la temporada encara su último tercio, que, como en los toros, es el tercio más importante. Pase lo que pase, vaya dos tercios que ha hecho el Sporting.
