El Sporting dio ayer un paso de gigante en sus aspiraciones de ascenso. El temido bache anunciado por Abelardo afecta al brillo del juego, pero no a su efectividad. El punto sumado en El Sadar en el domingo de Ramos es laurel bendito para un Sporting que se mantiene en puestos de ascenso directo y sigue con sólo dos derrotas después de 31 partidos. Son números que avalan a un equipo con buenas hechuras. Ayer esquivó la tercera derrota gracias a la estelar actuación de Alberto y a la mediación de su poste derecho, que repelió los dos únicos balones a los que no alcanzó el meta catalán. Como sería la actuación del portero del Sporting que Sisi, uno de los más damnificados, le pidió la camiseta tras el encuentro.

El Sporting salvó un punto, pero nunca se conformó con él. La historia pudo ser bien distinta si se hubiera señalado el flagrante penalti de Loties sobre Pablo Pérez. También si Carlos Castro hubiera acertado a poner el broche a esa pillería que estuvo a punto de valer tres puntos.

Hay campos que tienen un aura especial, que destilan el aroma del fútbol de siempre. Lo es El Molinón, por supuesto, pero también El Sadar, un estadio en el que los equipos calientan al ritmo de AC/DC, de Bon Jovi, de los Rolling Stones o de Rosendo. Queda claro que El Sadar es un campo para tipos duros. Como lo fueron los guajes de Abelardo, que no se arrugaron en su carrera hacia el ascenso.

No es fácil perderle el respeto a El Sadar, un campo tan clásico ya como el penalti escamoteado al Sporting en cada partido. El de ayer fue un golpeo impecable de Loties sobre el tobillo de Pablo Pérez. Ni el árbitro sevillano, ni el asistente de Las Palmas, ni el recordado Santos Pargaña (en funciones de cuarto árbitro) apreciaron contacto. La Mareona clamaba al cielo, mientras la parroquia local silbaba el tango del olvido.

Para los incorfomistas que ya afilan el cuchillo de desollar, cabe recordar que el Sporting ha sumado en El Sadar un punto más que Betis y Valladolid, los mismos que el Girona y queda pendiente la visita de Las Palmas. El Sporting volvió a competir ante un gran rival extramotivado. Y ya queda una semana menos.