Algo tiene el agua del Miño que inspira al Sporting. Los rojiblancos han hecho del Ángel Carro su campo talismán, aunque para ello sea necesario cumplir un ritual previo a base de alineaciones novedosas, mareonas incontenibles y camisetas verdes. Abelardo le dio una vuelta a su equipo, para jugar con Nacho Cases y Jony, devolvió a Isma López a la mediapunta y calcó la defensa de la semana pasada. Jugo el Sporting con el empuje y la ambición de los grades campeones. Echó abajo la muralla lucense (siete partidos consecutivos invicto en su estadio) y ganó donde sólo triunfan los mejores. Betis, Girona y ahora Sporting, nadie más ha ganado en el Ángel Carro.

Sufrieron los guajes ante el equipo que mejor juega al fútbol de la categoría. La ternura de su defensa y su romo ataque explican su situación en la tabla. El Sporting resolvió el partido en un primer tiempo primoroso. Cedió la posesión al Lugo, que apenas dio trabajo Cuéllar, y salió a la contra con vértigo. Dominó el Lugo, pero todas las ocasiones fueron de un Sporting que convirtió en gol sus dos remates entre palos. Esta vez sí, el equipo tuvo la pegada de los grandes y Guerrero disfrutó de una tarde de éxito que se ha trabajado durante todo el curso. La estadística es tozuda y el Sporting volvió a marcar dos goles el mismo día en que Nacho Cases fue titular de nuevo. Desde su último partido, ante el Mirandés, el equipo no había vuelto a hacer más de un gol.

La fiesta era plena al descanso. El Sporting se había mostrado superior al Lugo, la Mareona cantaba y bailaba y el sol lucía radiante. El Lugo cuenta con un gran entrenador, que nunca entregó la bandera. En un contexto pétreo, una hermosa ciudad medieval, casi una invitación al fútbol plomizo y tosco de otros equipos, Setién renuncia a la coartada y propone un equipo que, desde la más honorable de las modestias, juega al fútbol. Con todo lo que eso significa. El Lugo apretó tras el descanso. El Sporting cedió al cansancio y se encontró cómodo en el sufrimiento. Un punto masoquista que aumenta el gozo de la victoria.