El suizo Roger Federer no pasó de los cuartos de final de Roland Garros, apabullado por su compatriota Stan Wawrinka en tres sets que le sirven para optar a su segunda final de un grande de su carrera ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, que vuelve a semifinales dos años después.

La derrota del número dos del mundo fue la primera gran noticia que sacudió la tierra batida parisiense en su cuadro masculino, donde hasta ahora los grandes favoritos habían avanzado.

Pero por segundo año consecutivo, el suizo no estará entre los cuatro últimos de París, víctima de un parón en su juego y de un Wawrinka en estado de gracia que le desbordó por todos los lados y acabó venciéndole por 6-4, 6-3 y 7-6(4) en 2 horas y 9 minutos.

Federer no arrebató ni una vez el servicio de su compatriota, algo que en un Grand Slam no sucedía desde el Abierto de Estados Unidos de 2002.

Un buen síntoma de que el exnúmero uno se aleja de su mejor nivel y pasa el relevo a su compatriota, que dijo haber disputado el mejor partido de su vida en un grande, pese a que en su palmarés luce el Abierto de Australia de 2014.

Eliminado en primera ronda el año pasado por el español Guillermo García López, Wawrinka tiene ahora la opción de jugar, por segunda vez en su carrera, una final de Grand Slam.

Su último obstáculo será el hombre que aguanta en sus espaldas el peso de la afición local, Tsonga, que tras eliminar en octavos al checo Tomas Berdych prosiguió la hazaña en cuartos al deshacerse del japonés Kei Nishikori, cinco del ránking, 6-1, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3 en 3 horas y 45 minutos.

Tsonga se impuso en un partido intenso, se alzó con facilidad con las dos primeras mangas, pero cuando estaba a punto de cerrar la segunda una parte de un marcador se desprendió cayendo sobre los espectadores, lo que provocó tres heridos leves.

Y obligó a suspender media hora el partido. El francés cerró la manga, pero Nishikori se metamorfoseó en las dos siguientes y forzó una quinta. Cuando todo parecía a favor del finalista del último Abierto de Estados Unidos, Tsonga se rehizo para apuntarse el duelo.

"Roland je t'aime" (Roland te quiero) escribió en la tierra batida de la pista central.

"Ha sido muy duro, me ha puesto contra las cuerdas, pero he mantenido la cabeza alta. No lo hubiera logrado sin el apoyo del público. Siempre me apoyáis. Soy un hombre feliz", aseguró.

Tsonga y Wawrinka se verán las caras por tercera vez en Roland Garros, donde cada uno ha ganado un duelo, cada vez a cinco sets. En tierra batida han jugado cinco veces, con tres triunfos del suizo.

Será la segunda vez que juegue las semifinales de París Tsonga, cuyo techo en un Grand Slam es la final del Abierto de Australia de 2008.

La identidad de los otros dos semifinalistas se conocerá mañana. Uno de ellos saldrá del duelo entre el español Rafael Nadal, nueve veces ganador en París, y el serbio Novak Djokovic, número uno del ránking.

Es para muchos la final adelantada del torneo, el duelo entre el hombre que presenta mejores números en la temporada contra quien tiene mejores estadísticas en la tierra batida francesa.

Un duelo de titanes entorno al que pivota el torneo, pendiente del sexto duelo entre dos titanes en Roland Garros, un partido que acabará con las opciones momentáneas de Djokovic de sumar el único Grand Slam que le resta o de Nadal de levantar la décima Copa de los Mosqueteros.

El otro semifinalista saldrá del partido entre el español David Ferrer, finalista en 2013, y el británico Andy Murray, que por tercera vez en su carrera busca meterse entre los cuatro mejores.

Aunque Murray ha ganado 9 de los 15 duelos, el español se ha anotado todos los disputados en tierra batida.

En el cuadro femenino, la serbia Ana Ivanovic volvió a semifinales por vez primera desde que en 2008 levantara la copa Suzanne Lenglen, tras derrotar a la ucraniana Elena Svitolina por 6-3 y 6-2.

Su rival será la checa Lucie Safarova, que venció a la española Garbiñe Muguruza por 7-6 (3) y 6-3, para lograr por primera vez en su carrera las semifinales de Roland Garros.

La checa está en plena forma y ha ganado cinco de los ocho enfrentamientos contra la serbia, que, sin embargo, se alzó con el último, que data de 2014.