La fuerza del Sporting ha sido la fuerza del grupo. Así lo ha remarcado siempre Abelardo y así lo demostró cuando fue necesario. El Pitu, que nunca ha escondido su buena relación con Javier Fernández y con otros miembros de la directiva, se puso del lado de los futbolistas cuando estos tomaron la decisión de denunciar los impagos de la entidad. Abelardo lo tuvo claro, su sitio estaba al lado de sus futbolistas. Y todo el mundo lo entendió.

El Pitu siempre ha dado mucha importancia al buen ambiente dentro del vestuario. Cuando tu forma de jugar necesita de la solidaridad de los futbolistas, es importante que los lazos entre ellos sean estrechos. La situación más difícil que tuvo que gestionar fue el desplante realizado por Dani Ndi. Abelardo despachó el asunto con firmeza y de nuevo contó con el respaldo del vestuario y del club.

Por lo demás, Abelardo ha ido tirando de lo que tenía en la despensa. Dentro de la plantilla hay jugadores que son estandartes para Abelardo. Uno de los principales es Jony, quien debutó en la primera alineación del Pitu y completó una primera vuelta de fábula. También Bernardo es uno de sus futbolistas de cabecera. Y otros como Cuéllar, Lora, Luis Hernández, Sergio, Cases...

Prácticamente todos han tenido su oportunidad, con las excepciones de los centrales Iván Hernández, quien jugó un papel crucial en la unión del vestuario, y Julio. Sin embargo, el Pitu se ha mantenido fiel a la columna vertebral del equipo. Muchas veces, porque no había recambios y en otros casos por su excelente rendimiento.

En sus 49 partidos al frente del Sporting, Abelardo ha utilizado a 31 futbolistas y ha sido responsable directo de los debuts de Jony, Pablo Pérez, Carlos Castro, Rachid, Dani Ndi, Jorge Meré, Julio y Álvaro Bustos (estos dos últimos, en Copa).

Abelardo es un entrenador de jugadores, que ha sabido extraer el mejor rendimiento de muchos de ellos. Desde ese potenciar las individualidades, el bloque se hizo más fuerte. Abelardo, además, fomentó siempre el apego a los símbolo del Sporting y de Mareo. Sus alineaciones de cabecera incluyen siete u ocho futbolistas que han pasado por el filial, muchos de ellos son asturianos y esa identificación con los colores y el escudo multiplica el rendimiento de los jugadores.

El Sporting es un equipo de autor, que puede alcanzar un premio inesperado, pero más que merecido. El reto es complicado, pero Abelardo y sus guajes se han ganado el crédito para soñar.