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"Gracias por sacarnos de ahí"

Toni Cuervo, presidente de honor de la Asociación de Veteranos del Oviedo, visita El Requexón para felicitar a los jugadores

Toni Cuervo, Cervero, Sergio Egea, Esteban y David Fernández, ayer en El Requexón. J. S. Z.

Termina el entrenamiento en El Requexón. Vicente González Villamil, presidente de la Asociación de Veteranos del Real Oviedo, llama a Cervero. El ariete se fija un poco y se da cuenta de que junto a González Villamil está toda una leyenda del club. Nada menos que Toni Cuervo. Cervero se acerca a saludarle y recibe el agradecimiento sincero de alguien que jugó 189 partidos en Primera con los azules.

"Muchas gracias por subirnos, gracias por sacarnos de ahí", le dice Toni Cuervo a un Cervero que sólo acierta a responderle: "Gracias a ti". Toni Cuervo tiene 83 años y ayer lucía una aspecto envidiable en El Requexón, rejuvenecido por ver a su equipo ascender y salir del pozo de la Segunda B. Y es que el que fuera lateral derecho azul durante quince temporadas lleva muy dentro ese color. "Vi el partido a ratos porque me pongo muy nervioso. Me levantaba de vez en cuando", explica mientras observa ejercitarse al equipo.

Tras hablar con Cervero, el presidente de honor de los veteranos del Oviedo pisa el césped del Requexón y comienza una charla con el propio Cervero, con Esteban, con el autor del gol del ascenso, David Fernández, y con Sergio Egea. Todos le miran con respeto y admiración. Egea le pregunta si también entrenó al Oviedo. Él responde que en dos etapas (entre 1967 y 1971 y en la temporada 76-77). El argentino le pregunta cuándo comenzó a jugar en el Oviedo y al escuchar que su debut se remonta a 1952 pone cara de sorpresa.

Toni Cuervo no estuvo en Cádiz pero allí le representaron su hija, su yerno y dos nietos que recorrieron en coche la Península para vivir el ascenso. "Cuando me dijo que iba a ir a Cádiz le dije a mi hija que hiciera dos cosas: no decírselo a su madre y pasarle una revisión completa al coche. Pero no dejes de ir", le indicó.

La impresión que le ha causado el equipo esta temporada ha sido "muy buena". Y es que para Toni Cuervo no hay duda de que "los futbolistas de ahora son mejores técnicamente". "Antes era muy difícil encontrar a un jugador que diera más de diez toques seguidos sin que se le cayera el balón al suelo y ahora eso lo hacen sin problemas", añadía. De los jugadores azules de esta plantilla dice que "manejan el balón como si tuvieran una cuchara en el pie".

Tanto ha cambiado este deporte que González Villamil y Cuervo reconocen que "no merece la pena comparar el fútbol de ahora con el de antes". "Un campo como éste (se refiere al de El Requexón, donde entrena el Oviedo) antes era impensable. Todos tenían tierra en la zona de las áreas", añade. Y, muy animado, cuenta anécdotas de sus años en activo. Una de las grandes armas del Oviedo era conocer bien su terreno de juego y estar acostumbrados a jugar en el barro. Tanto que pasaban la manguera aun cuando había llovido. "Di Stéfano nos decía de todo. 'Che, esto es un patatal, aquí no se puede jugar al fútbol'", rememora el veterano exfutbolista.

Un jugador, Di Stéfano, que era de lo poco que Toni Cuervo reconoce que se podría comparar con lo que se ve ahora. Él y Kubala. Leyendas del fútbol que tuvieron que venir al Tartiere y que a veces, como en un empate a cero contra el Barça que saca a colación Toni Cuervo, se fueron sin lograr sus objetivos. Tiempos que están más cerca de volver a repetirse después de un ascenso que Cuervo agradeció de corazón.

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