"Existen los milagros", comentó el párroco de San Pedro 24 horas de que se obrara el prodigio. El cambio en el recorrido de la procesión del Corpus preocupaba el sábado al párroco de San Pedro y, ayer, justo en el momento en el que el desfile procesional cruzaba la plaza Mayor, el Sporting ya estaba en Primera. Las calles se desbordaron los claxon de los coches y las bocinas las bocinas no dejan de sonar desde hace más de una hora. Las bufandas y las camisetas ya habían inundado la ciudad desde primeras horas de la mañana.

Y cuando, por fin, el árbrito pitó el final de los 40 agónicos segundos del descuento en el partió Lugo-Girona, en Gijón la "mareona" se desplazó hacia el barrio de Cimadevilla a donde a última hora de la tarde continúan subiendo cientos de personas que minutos antes habían seguido en pantalla gigante desde la plaza del Marqués el desarrollo del encuentro entre el Sporting y el Betis.

Gijón es una fiesta y ahora los gijoneses solo esperan la llegada del equipo para celebrar que el Sporting vuelve a Primera