Para Rubén Miño, el nuevo guardameta azul, el recuerdo del Oviedo en lo más alto aún está vivo en su memoria. "El Oviedo es un club que ha estado muchos años en la élite y que ahora está de vuelta", pronuncia convencido. A pesar de que ya hayan pasado 12 años desde que el conjunto azul jugara en la Liga de Fútbol Profesional, el poso de los carbayones como equipo histórico de la Liga no se ha borrado. "El Oviedo vuelve con fuerza, con un proyecto ilusionante, haciendo las cosas bien y reforzándose adecuadamente", añade el arquero catalán.

Rubén Miño, la apuesta de Carmelo del Pozo para luchar la titularidad junto a Esteban y Magunazelaia, vivió su acto de bautismo ayer en el Carlos Tartiere. Miño atendió a los medios y se hizo el tradicional pase fotográfico por el césped del Carlos Tartiere. A falta de presentar la camiseta oficial, la bufanda se ha convertido en el emblema del club azul esta pretemporada.

La pregunta de rigor en toda presentación indaga sobre las razones que lleva a un futbolista a acabar en el Oviedo. "Me gusta el proyecto, además tiene una masa social y un apoyo popular notorio. El año pasado, en Segunda B, era un equipo con más de 15.000 socios y esta temporada estoy convencido de que serán más. Y por supuesto tiene detrás al Grupo Carso, una ayuda importante", explica el guardameta.

Cada futbolista tiene sus razones para acabar vistiendo la camiseta azul pero en los últimos tiempos, en cada explicación puede encontrarse un punto común. Todos hablan de "proyecto". El Oviedo no es entendido como un destino a corto plazo, un lugar en el que sobrevivir una temporada y volver a plantearse las cosas. Ahora, el club azul piensa en lo que puede ocurrir más adelante. "Por el Oviedo empecé a interesarme cuando Generelo, con el que coincidí en el Mallorca, firmó con este equipo. Él estaba ilusionado y fui conociendo detalles del proyecto que se estaba montando aquí", relata Miño; "después, seguí al equipo. Vi que estaba arriba de la tabla y que las cosas marchaban bien. Todo el mundo habla bien de este equipo; cuando surgió la oportunidad no me lo pensé".

Y eso que la competencia en la meta este año será feroz. Además de Magunazelaia, con una presencia testimonial la temporada pasada, Miño deberá jugarse el puesto con Esteban. Del Pozo se encargó durante la presentación de aclarar que la idea del club esta temporada es contar con tres guardametas para evitar imprevistos. Esteban, Miño y Magunazelaia lucharán por una posición.

Mencionar al avilesino en Oviedo es hablar de algo más de un portero. Él fue el futbolista que encabezó el proyecto carbayón el año pasado, el primero en dar el paso desde Primera para regresar a su club, aunque estuviera en Segunda B. Rubén Miño es consciente de la dificultad de su reto: "Esteban tiene una trayectoria muy dilatada en el mundo del fútbol, ha estado en muchos equipos. La competencia se presenta dura pero creo que puede beneficiar al equipo. La portería del Oviedo está en buenas manos". Una alabanza que extiende al resto de posiciones: "La plantilla tiene muy buena pinta. Con algunos de los futbolistas del Oviedo me he enfrentado algunas veces y los conozco. Hay una base muy firme; el ascenso solo se consigue si hay buenos futbolistas, como es en el caso de esta plantilla".