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Un campus global

Junto al chino Chen Guanru, niños de Costa Rica, Suiza, Francia, Senegal y Etiopía participan en los entrenamientos

desde varios continentes a las instalaciones tensi. Santi Fermoselle Gauthier, Mateo Calzadilla, Chen Guanru, Adan Cabal, Emile Derbesy Lanari, Khadin Dieng y Abate del Valle. MARÍA GÓMEZ

Rubén Miño, el nuevo guardameta del Oviedo, visita el campus del Oviedo y pide, ante los pequeños asistentes, un lanzador de penaltis que pruebe su destreza. Todos los presentes responden al unísono. "¡Chen! ¡Chen!". El niño procedente de China, el que se ha convertido en el foco de curiosidad del campus desde el lunes, procede a satisfacer la petición popular. Chuta con fuerza pero Miño detiene el lanzamiento. Hay un segundo intento, y en esta ocasión sí obtiene el premio del gol. Chen puede presumir de ser el primero en batir a Miño esta temporada.

Como ha ocurrido en todas las ediciones del campus desde que en 2012 el Oviedo iniciase su expansión internacional en la presente edición también hay representantes foráneos. Algunos son descendientes de extranjeros que han crecido aquí, como ocurre con Khadin Dieng, con raíces familiares en Senegal, o de Abate Del Valle, descendiente de una familia en Etiopía. Pero también hay extranjeros que han decidido conocer de cerca los métodos usados por el Oviedo en sus entrenamientos. Están los casos de Santi Fermoselle Gauthier (francés), Mateo Calzadilla (Costa Rica) y Adan Cabal y Emile Derbesy-Lanari (suizos aunque residentes en Sudáfrica). Pero entre todos los casos sobresale el de Chen Guanru, que se ha desplazado a Asturias exclusivamente para participar en el campus del conjunto azul.

El joven chino llegó el domingo pasado a Oviedo acompañado de sus padres, Chen Zhanfeng y Dong Huiqin. El progenitor se hizo accionista del club azul durante la última ampliación de capital. Ahí empieza el nexo con el campus azul. Buscando actividades para la temporada estival, Chen Zhanfeng contactó con Lui Yu, secretario de la asociación de seguidores chinos del Oviedo. Éste a su vez lo hizo con Miguel Sanz, socio del Oviedo y uno de los más activos en la relación de forma desinteresada con los accionistas extranjeros.

La familia llegó el domingo pasado a Asturias con un importante hándicap: su nulo conocimiento del castellano y escaso del inglés. Por eso, Miguel Sanz se las ingenió para buscarles una traductora china que les acompaña siempre que puede.

La historia de Chen Guanru y su familia tampoco ha pasado desapercibida en su país natal. El Oviedo ha grabado esta semana unas imágenes del joven entrenándose en el campus por una petición de una televisión china interesada en las andanzas del joven futbolista.

La adaptación de Chen con el resto de compañeros es perfecta. La familia le recoge todos los días en las instalaciones Tensi y el niño llega con una sonrisa pronunciada. Con un balón de por medio, no hay barrera lingüísticas posibles.

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