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Fondo Norte

Las franjas de las razones del marketing

La camiseta del Sporting, de nuevo sometida a debate, aunque mucho más liviano que el "pijama"

Hay días que no empiezan bien. El de ayer fue uno de ellos. A primera hora de la mañana se conocía el fallecimiento de José Luis Blasco, un clásico de la información deportiva gijonesa, un caballero en el deporte, en la información y en la vida. Blasco, empleado en Ensidesa desde su juventud, fue el especialista en el fútbol modesto en el desaparecido diario gijonés "Voluntad" donde se labró un enorme prestigio por el rigor de sus informaciones y por la calidad de sus trabajos periodísticos. Estuvo luego durante años en esta casa, donde hizo un tándem inigualable con el llorado Pepete, que se dedicó al fútbol modesto de Oviedo. Blasco pasó luego a "El Comercio" donde se encontró con el admirado Lay. Blasco fue un profesional de primera división aunque informara de equipos de las divisiones inferiores. Sereno, ponderado, siempre ejemplar, deja una estela de grandeza que adquiere más mérito porque nunca se dedicó a los grandes nombres del fútbol, sino a aquellos que jugaban en campos pequeños, ante pocos espectadores, que tuvieron en él a un cronista de altos vuelos. Descanse en paz.

La muerte de Blasco nos sorprendió al día siguiente en el que el Sporting celebró un sencillo homenaje a don José Trabanco, socio número uno del club y centenario en una gran forma. Fueron agradables y entrañables las imágenes de don José en Mareo escuchando las bromas de Quini y el "Cumpleaños feliz" de los niños del campus. Aunque estaba delante Quini, don José reconoció a los hermanos Herrera, Herrerita y Ramón "El Sabio", como los mejores jugadores que vio con la camiseta rojiblanca.

La camiseta que, un verano más, es motivo de debate, a saber si polémica. La presentada ayer, vía redes sociales como si el club no tuviera jugadores para que la luzcan en un acto público similar al que organizan todos los clubes del mundo. La aparición de una franja azul en la espalda del primer uniforme ha provocado la discusión en las redes sociales, discusión que no se acerca ni de lejos al lío que armó el ya olvidado "pijama". El debate de las últimas horas no tiene nada que ver con aquella tormenta que mandó aquel uniforme al baúl de los recuerdos. Ahora la discusión se centra en si poner o no la Cruz de la Victoria en la franja azul de la espalda de la camiseta rojiblanca que luce un frontal precioso, dicho sea de paso. La franja azul, como azul es el color del pantalón, ha servido para recuperar la historia y debatir si el color de las medias en aquellos tiempos era azul, que dicen unos, o negro, que dicen otros, porque era el color que mejor soportaba los lavados. El azul es la gran novedad en las equipaciones del Sporting, con el color del tercer uniforme, el amarillo, siempre tan denostado por Luis Aragonés y algún clásico más.

El episodio, damas y caballeros, señoras y señores diputados, demuestra que la gestoría del Sporting y los diseñadores italianos de la firma italiana que surte de ropa al Sporting son especialistas en tropezar dos y las veces que hagan falta en la misma piedra. Con buscar la sana continuidad de un uniforme de sobra arraigado en la masa social hay bastante. Claro que el marketing tiene razones que la razón no entiende. Será eso, porque otra cosa no puede ser.

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