El sueño olímpico del asturiano Javier Hernanz y sus compañeros del K-4 1.000 metros Rodrigo Germade, Óscar Carrera e Íñigo Peña está cada vez más cerca. Ayer, en la semifinal del Campeonato del Mundo en aguas tranquilas, en Milán, la tripulación española selló, tras lograr la segunda plaza, el pase a la final A, que se disputará hoy. Siete billetes, correspondientes al continente europeo, estarán en juego, a un lado las tres medallas del Mundial, en esa decisiva regata.

El parragués Hernanz, los gallegos Germade y Carrera y el vasco Peña fueron superados en los últimos metros por el barco portugués, actual subcampeón del mundo y de Europa. Los españoles marchaban en primera posición al paso por las boyas de los 500 y 750 metros, tras ir segundo en los iniciales 250 metros. Los lusos pararon el crono en 2.54.305, tan sólo 237 milésimas menos que el empleado por la kayak liderada por el asturiano del Grupo Covadonga.

De los nueve barcos finalistas, ocho de ellos europeos -Rusia, Rumanía, Eslovaquia, Hungría, República Checa, Portugal, Bielorrusia y España-, el mejor tiempo fue de los rusos (2.54.243); en tanto los españoles se presentan en esa cita con 2.54.542, el quinto mejor registro de todos los contrincantes en este Mundial, incluida Australia (2.53.246). Además, la moral del cuarteto español está reforzada, pues en ese mismo escenario milanés conquistó hace unos meses la medalla de oro en la Copa del Mundo.

En mujer K-2 1.000, prueba que no está incluída en el programa olímpico, la gijonesa Miriam Vega y la gallega Tania Fernández quedaron sextas.

En la jornada de hoy, España contará entre otras con representación en la final de mujer K-2 200 metros (la gijonesa Sara Ouzande y la vasca Begoña Lazcano), en la que hay esperanzas de un gran resultado.