Pese a que en los días previos se especuló con un lleno en el Carlos Tartiere, las gradas del estadio ovetense mostraron bastantes claros. No hubo comunicación oficial sobre la asistencia, pero fuentes del Oviedo calcularon una entrada en torno a los 22.000 espectadores. Entre los motivos se apunta a la devolución de buena parte de las tres mil localidades enviadas a la federación eslovaca y la no utilización de las reservadas para los patrocinadores.