Alen Halilovic tiene 19 años y juega tan bien al fútbol que los mejores clubes europeos se peleaban por él desde su etapa de juvenil. El pasado verano ganó la puja el Barcelona y, después de que Luis Enrique le pusiera en el escaparate de la pretemporada, le tocó hacer la mili en el filial. Allí, rodeado de jugadores que parecían a un paso del Camp Nou, dejó detalles de lujo y la evidencia de que solo tiene ojos para la portería contraria. Solo los seis primeros de Segunda División marcaron más goles que el Barça B, que acabó colista con 83 tantos recibidos, casi veinte más que el siguiente más vulnerable. Viene esto a cuenta de las expectativas del sportinguismo con el refuerzo estrella del verano. Abelardo ya dio el primer toque en la sala de prensa de Anoeta, al pedir a Halilovic más implicación sin la pelota. Evidentemente, para esforzarse en defensa solo hacen falta buena voluntad y preparación física. Seguro que Halilovic ya se habrá dado cuenta de que el Sporting no es el Barça B, ni el Dinamo de Zagreb, y que intentará ponerse las pilas. Pero, en cualquier caso, resulta difícil imaginar al pequeño croata pegarse las palizas que, partido tras partido, protagonizan futbolistas como Carmona o Jony. Habrá que confiar en la capacidad de persuasión de Abelardo, pero así a primera vista el entrenador debería empezar a plantearse una ubicación para Halilovic que no le obligue a un desgaste exagerado.