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Keylor se gana un aumento

Navas salva al Madrid frente a un atrevido Granada e iguala el mejor arranque liguero de Miguel Ángel

Keylor Navas, al fondo, observa cómo la falta lanzada por Javi Márquez se estrella en la barrera. ALBERTO MARTÍN / EFE

Gracias a sus reflejos felinos y a una ayudita del juez de línea, Keylor Navas ya ha inscrito su nombre en el libro de records del Madrid. Su cuarto "cero" consecutivo le permite igualar a Miguel Ángel como el mejor arranque liguero de un portero madridista, a lo que hay que unir los 90 minutos del partido de Liga de Campeones frente al Shakhtar. Las paradas del costarricense sirvieron para algo más que para la estadística. En una tarde plomiza de su equipo y con Cristiano Ronaldo desaparecido, Navas frustró a un Granada que fue superior en varias fases del partido. Jugó muy bien el equipo de Sandoval, pero Success no fue ayer sinónimo de éxito. A Benzema, en cambio, le bastó un lujo de Isco para destensar el ambiente.

El Bernabéu, acostumbrado a los empachos goleadores, acabó pidiendo la hora a Martínez Munuera, un árbitro de la escuela desu paisano Mateu Lahoz: dejar hacer, dejar pasar. Quizá en el descanso alguien le advirtió que uno de sus ayudantes se había equivocado al anular por fuera de juego un gol a El-Arabi, que estaba por detrás de la línea que marcaba el balón en el centro desde la derecha de Miguel Lopes. Y quizá por eso perdonó a El-Arabi, que a falta de diez minutos, ya con 1-0, se pasó de frenada y derribó a Isco en un penalti típico de delantero en el área equivocada.

El gol interruptus de El-Arabi no fue un chispazo aislado, sino la consecuencia de un gran primer tiempo del Granada. Como si el 9-1 de la pasada temporada no fuera con ellos, los jugadores de Sandoval se lo creyeron desde el primer minuto. En vez de atecharse para minimizar la tormenta blanca decidieron jugar a pecho descubierto, hurgando en los problemas del Madrid para gobernar el centro del campo. En vez de hormigonar esa zona con Kovacic, Rafa Benítez dio la alternativa a Lucas Vázquez, que no aprovechó su oportunidad para reivindicarse como alternativa durante la ausencia de Bale.

Kroos estuvo toda la tarde perdido y Modric, más entonado, no daba abasto. Acostumbrados a que los visitantes del Bernabéu les cedan la iniciativa, los blancos se incomodaron con la presión alta del Granada. Success y Miguel Lopez por la derecha, Biraghi y Edgar por la izquierda se aprovechaban del desamparo de Marcelo y Carvajal. El brasileño salvó bajo los palos la primera oportunidad granadina y de la segunda se encargó el juez asistente con exceso de vista. Del resto se encargó Keylor, que amargó la vida a Success, muy preocupado por marcar el gol de su vida.

También Andrés Fernández, que se llevó unas buenas tundas de su paso por Madrid con Osasuna, evitó que se moviera antes el marcador. Porque ya se sabe que el Madrid necesita muy poco para crear una oportunidad. El portero salvó goles cantados de Cristiano, Lucas Vázquez y, sobre todo, Modric, pero no pudo hacer nada con el cabezazo a placer de Benzema, gentileza de Isco, que arrancó en posición dudosa. Aunque parecía que el 1-0 allanaría el camino del Madrid, el Granada dio una muestra de carácter. El-Arabi favoreció el lucimiento de Keylor, tras regatear a tres rivales en el área, mientras que Andrés Fernández ponía de su parte para frenar la voracidad goleadora de Cristiano. En el descuento, Navas atrapó un balón alto y el Bernabéu, angustiado, respiró al fin.

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