El orden defensivo y una pizca de fortuna, que en ocasiones juega un papel importante, sonrieron a favor del Ceares para sumar los tres puntos ante un Tuilla que pagó caro su mal inicio del encuentro y que fue incapaz de reconducirlo durante 88 minutos.

Apenas se llevaban unos segundos de juego cuando Marcos Iglesias le ganó la espalda a los defensas. La acción finalizó con un dudoso fuera de juego. Fue un aviso porque un minuto después la acción se repitió con distinto final. El delantero cearista se escapó en solitario hacia la portería de Jose, al que no pudo driblar, el rechace le cayó a Cris que se encontró con la pierna del meta del Tuilla, pero el balón rebotó involuntariamente en la rodilla de Marcos Iglesias y acabó en la red. Una jugada enrevesada que al final fue decisiva.

Hasta ahí llegó el empuje del Ceares, porque los de Pulgar, que comenzaron el encuentro de manera dubitativa, le fueron ganando el pulso al encuentro. El Tuilla llevó el peso del partido, aunque fue incapaz de crear excesivo peligro sobre la portería de Davo gracias a la solidez y orden defensivo del conjunto de Miguelín. Y cuando fue capaz de superarlo, principalmente a balón parado, apareció la figura de Davo para salvar a su equipo. Una de las más claras llegó en el minuto 38, tras una falta frontal en la que el equipo de Pulgar tiró de pizarra. Luis Enrique pone el balón a Villa, que sale de la barrera, para golpear con franqueza sobre la portería cearista, en donde Davo estuvo atento para estirarse y evitar la igualada. Fue el único disparo con cierto peligro de la primera mitad.

Con mayor intensidad y descaro salió el Tuilla en la segunda mitad. Pulgar, desgañitado en la banda, contagió a los suyos sobre el terreno de juego para que fueran más incisivos en sus acciones. Meneses ajustó con potencia el balón al poste derecho de Davo, pero el guardameta volvió a salvar a su equipo con una parada cargada de reflejos.

Cada equipo ganó el papel que pedía el encuentro, con el Tuilla volcado en ataque intentando inquietar a los gijoneses y con el Ceares defendiéndose con firmeza y buscando su oportunidad con un contragolpe que resultase mortífero o bien buscando una segunda acción gracias al poderío aéreo de Ponte y Marcos. Los arlequinados llegaban con cierta facilidad a la zona de peligro, pero ahí no estuvieron atinados en el último pase para disponer de mayores oportunidades para marcar.

Al Ceares se le hizo larga la segunda mitad dada la insistencia visitante, pero resistió las acometidas para sumar el cuarto triunfo de la temporada en cinco partidos. Los gijoneses siguen en la zona noble de la tabla, aunque mirando de reojo a una enfermería que se ceba con el centro del campo. Ayer, el que cayó lesionado, fue el centrocampista Aitor.