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Los guiñoles galos y las cuentas de la prórroga

En Francia pasan por alto los seis tiros libres desperdiciados por Batum, Parker y Diaw

Francia había satisfecho hasta ahora su histórico mal perder sacando a escena a los guiñoles. Bastaba con que Contador ganara en los Campos Elíseos o Nadal enlazara victoria tras victoria en Roland Garros; con que la Roja conquistara el Mundial de fútbol o el de baloncesto, el de balonmano o el de waterpolo femenino, que igual les da, les da lo mismo, para que ironizaran sobre los "superpoderes" de los deportistas españoles. No entendían, no entienden, que pueda ganarse sin hacer trampas. Oh, la, la. ¿Pensará el ladrón que todos son de su condición?

Ahora la toman en "Le Monde" con Pau Gasol. No dicen, pero insinúan; apuntan, aunque no disparan. Destilan, en todo caso, malperder y malababa. ¿Cómo es posible -vienen a preguntarse- que un tipo de 35 años nos diera semejante baño en la semifinal del Eurobasket? Y, sin decirlo pero diciéndolo, "encuentran" la explicación en la visita que el jugador realizó en Avilés, mediado agosto, al doctor Nico Terrados, a quien en Francia hace años se la tienen jurada desde el ciclista "caso Festina", cerrado por cierto con una sentencia absolutoria. Remueven historias del pasado siglo pero no dicen qué producto milagro, qué EPO, lleva a meter el balón en la cestita, al tiempo que ignoran lo ocurrido en aquella semifinal de hace una semana en Lille. Apunten: España lanzó en la prórroga cuatro tiros libres (dos Rudy, dos Gasol) y metió los cuatro; Francia lanzó !nueve! (cinco Batum, dos Parker y dos Diaw) y sólo transformó tres (dos Batum y uno Diaw). Si España ganó 80-75 les bastaría con hacer la cuenta de las oportunidades perdida.

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