Las ligas europeas tendrán que modificar su calendario de manera drástica en la temporada 2022-2023. Tienen tiempo para ir pensando en ello después de que el Comité Ejecutivo de la FIFA aprobara ayer en Zurich el calendario internacional para el periodo 2018-2024 que fija la disputa del Mundial de Qatar de 2022 entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre, con el objetivo de evitar así los rigores del verano en Oriente Medio.

Las fechas de Qatar reducirán a 28 días la duración del campeonato, que en su última edición, disputada en 2014 en Brasil, se prolongó durante 31 días: del 12 de junio al 13 de julio.

Estaba previsto que el anuncio de las fechas fuera realizado ayer en una rueda de prensa por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pero la comparecencia se suspendió de improvisto sin darse razones. Se conocieron poco después: la fiscalía suiza había abierto horas antes un proceso penal contra Blatter por sospechas de "gestión desleal".

El Ministerio Público recrimina a Blatter haber firmado un contrato contrario a los intereses de la entidad con la Unión Caribeña de Fútbol, presidida por Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA y estrecho colaborador del presidente, lo que supondría, según la fiscalía, "una violación de sus deberes de gestión".

Trinidad y Tobago autorizó esta semana la extradición a Estados Unidos de Warner, donde esta acusado de supuestos delitos de corrupción, crimen organizado y lavado de dinero.

Por otra parte la fiscalía reprocha a Blatter "un pago desleal" de unos dos millones de euros al presidente de la UEFA, Michel Platini. El dinero estaba destinado "supuestamente" a obras efectuadas entre 1999 y 2002, pero el pago se realizó en 2011, según especifica el Ministerio Público.

En lugar de comparecer ante la prensa Blatter tuvo que hacerlo ayer ante los fiscales, que lo interrogaron en calidad de acusado, al tiempo que registraban su despacho, en tanto Platini lo hacía en calidad de testigo.

Esta noticia es el último de los escándalos que empañan a la institución desde mayo pasado, cuando en vísperas del Congreso que reeligió a Blatter se detuvo a siete directivos de la organización por presunta corrupción, en el marco de una investigación de la Justicia estadounidense en colaboración con la suiza.