El Madrid tiene estas cosas. Cuando lo tiene en la mano, saluda amablemente al contrario y pega el petardazo. Tiene ese remanente solidario que consiste en echar un capote al rival cuando el rival tropieza: "No preocuparos; falláis vosotros, ya os damos aire nosotros para desviar debates". Parece un mal principio.
Viene saliendo (el Madrid) a unos cuantos "petardos" por temporada. Cierto es que el sábado el equipo white, que no el guay, pudo golear, pero eso no vale. Hay que meter uno que valga. Y más en situaciones óptimas para ser optimistas.
Anda el equipo como rígido. La portería va casi limpia, pero los goles, cuando hacen falta, quedan aparcados. Uno de los problemas "gordos" es que el día que Ronaldo no pasa consulta, los demás no están para recetar. Últimamente estaba Karim (de "interino"), pero el sábado tampoco fue por la consulta... Si añadimos que el portero del Málaga hizo el partido del año, el resultado es que el equipo ya empieza a tirar partidos que son los que luego se echan en falta. Se acordarán del encuentro frente al Málaga. Y de alguno más. Al tiempo. A la espera de la opinión de los cardenales del análisis, lo que se le ocurre al equipo de guionistas de Al Palo (todos fichados en Hollywood) es que el Madrid sufre procesos de "berza aguda" en el juego y hace extraños partidos con el fin de ayudar a la Liga a aumentar audiencias y taquillas. Con el Madrid regalando, todo es más emocionante. A ello hay que sumar que los arbitrajes son todos correctísimos, como siempre. Así pues volvemos al principio: en situación óptima, "bajonazo" para la afición.
Eso sí, el equipo va camino de la "undécima" porque, aunque se va al carajo muchas veces con sus muchas berzas mentales, tiene esa reacción tan suya de dar un "mandoble" futbolístico cuando es preciso y ganar lo que tiene que ganar sin andar por la vida suspirando penas.
A la espera de acontecimientos, sólo queda pasar estos días de decaimiento, comentar la situación con el colega de afición y comenzar la charla de este tenor: "¡Qué manera de cagarla!", que diría el ya expresidente de Volkswagen. Los coches padecen de gases. El Madrid perdió gas.
