Luis Enrique regresó de las vacaciones relajado, como si el triplete le hubiese quitado un peso de encima. En las primeras ruedas de prensa incluso se permitió bromear con los periodistas, que intentan aprovechar al máximo el único momento en que pueden conocer las opiniones del técnico barcelonista. Pero con las primeras escaramuzas de la competición, acompañadas por una racha negativa de lesiones, al asturiano se la ha torcido el gesto. El martes se quejó de los silbidos de la afición a algunos jugadores y ayer, en vísperas del partido en el Sánchez Pizjuán, decidió agitar el fantasma del enemigo exterior.
"Veo que hay mucha gente de fuera del Barcelona que tiene muchas ganas de que esto se tuerza de una vez y reviente", soltó Luis Enrique tras una pregunta sobre el ambiente que se vivió en el Camp Nou frente al Bayer Leverkusen. Tras aclarar que no se refería a la afición azulgrana, "Lucho" añadió: "Somos como el corcho, vamos a flotar. Pase lo que pase vamos a dar guerra, a estar todos unidos. Lo demás, lo que no podamos controlar, lo dejamos".
En su deseo de aislar todo lo posible a sus jugadores, el de Sevilla será el primer desplazamiento en el que la prensa no viajará junto a la expedición del primer equipo. Ayer, cuando le preguntaron por la razón, Lucho no negó su influencia: "Creo que tenéis una versión oficial. Estamos buscando profesionalizar al máximo los viajes del primer equipo. Buscamos la máxima profesionalización, la máxima tranquilidad. Es una decisión que comparto al cien por ciento".
Tras insistir en que no ve enemigos dentro del club, Luis Enrique mantuvo su discurso sobre la plaga de lesiones que sufre el equipo: "Nunca me escudo ni en bajas ni en las sanciones. En el Barcelona priman los resultados. A mí las bajas me interesan cero 'patatero'", ha agregado. No obstante, admitió que afrontan la visita al Sánchez Pizjuán "con circunstancias negativas, muchos lesionados. a los equipos les pasa a lo largo de una temporada, forma parte del fútbol. Espero un partido difícil, el último de una racha de siete en 21 o 22 días, complicado por el rival y por la situación en que estamos".
El Barça viajó ayer a Sevilla sin Iniesta, Adriano, Rafinha, Vermaelen y Messi, todos por lesión, mientras que Luis Enrique ya vuelve a contar con Claudio Bravo, que recuperará la titularidad en la Liga. También se ha recuperado el lateral brasileño Douglas, de baja desde la pretemporada, aunque hoy en Sevilla jugará Alves. La convocatoria se completa con dos jugadores del filial, el centrocampista Gumbau, que ya ha debutado con el primer equipo, y el extremo Juan Cámara.
Preguntado por el momento por el que pasa el Sevilla -que suma cinco puntos de 18 posibles-, Luis Enrique se ha mostrado sorprendido: "La situación del Sevilla refuerza la teoría de que es muy difícil ganar. Es muy difícil ser competitivo cada temporada. En el fútbol moderno ganar cada año es muy complicado. Por eso el reto que tenemos nosotros presenta la dificultad que presenta".
El entrenador del Sevilla, Unai Emery, insistió ayer en que "pese a las bajas de Messi e Iniesta, el Barcelona sigue siendo el favorito". El equipo sevillano también lamenta la ausencia de jugadores importantes: el guardameta Beto, los defensas Rami, Carriço, Pareja y Escudero; el centrocampista Banega y el delantero Kakuta. Respecto al partido del miércoles en Turín, Emery al menos recupera al centrocampista Vitolo y al delantero Fernando Llorente.
