El Marino vio la luz para llevarse su sexto trofeo regional de la Copa Federación. Los luanquines demostraron su carácter de grandes dominadores del torneo al imponerse en una final de escasa calidad a un Tuilla que por ocasiones mereció mejor fortuna. Los de Blas García marcaron por medio de geni y se ampararon en las paradas de Dani Laviana para conseguir un título que tuvo como protagonista negativo una vez más el sistema eléctrico del Hermanos Antuña. Y es que el duelo estuvo parado diez minutos, a partir del 73 de juego, por el sexto apagón del sistema de iluminación del estadio mierense desde el 9 de enero de 2011.

La final se antojaba disputada entre dos conjuntos muy coperos. El Marino llegaba como dominador con cinco entorchados y los arlequinados con tres, pero dos en los últimos cuatro años. Unos alicientes que hacían presagiar un duelo apasionante pero la realidad es que el miedo a perder hizo que el Marino optara por esperar su oportunidad para llevarse el título y el Tuilla lo intentó hasta que se le acabó la gasolina.

Adolfo Pulgar ya había avisado en la previa que su equipo iría a por el partido apostando por la presión desde su línea defensiva del Marino y el Tuilla hizo eso mismo en la primera mitad. Los "dinamiteros", alentados por su bulliciosa afición, apretaron desde el minuto uno de juego imprimiendo un fuerte ritmo y los luanquines apenas podían salir de su campo ante la presión arlequinada.

En el minuto 17 comenzó el recital de paradas del hombre que sería clave para el título. Un Dani Laviana que ya ganó el trofeo con el Tuilla en 2012 y que ayer supo sostener a su equipo en los peores momentos. En el 17 realizó una gran parada en un disparo de Villa desde el pico del área. Los mirinistas siguieron buscando la contra y tratando de "enfriar" el duelo lo que fueron logrando de forma paulatina a la vez que el físico de los de Pulgar fue acabándose. Con todo, en el minuto 35 Laviana despejó a córner un cabezazo de Dioni a la salida de un córner.

Tras el descanso el Marino salió más entonado. Trató de tener el balón y de crear peligro gracias los contínuos intercambios de posiciones de sus jugadores ofensivos. Ahí llegó el tanto del triunfo en el minuto 70, cuando Geni se descolgó del pivote para marcar tras un gran centro de Guaya desde la izquierda. Su primer remate se fue al larguero pero recogió el rechace para superar a Peláez.

Tres minutos más tarde se produjo el apagón que tuvo el juego parado diez minutos. Tras este tiempo muerto inesperado Pulgar reaccionó ante el marcador en contra dando entrada a Pablo y a Damián, dos hombres poderosos en el juego aéreo, y apostó por el juego directo para tratar de empatar el choque. Casi lo logró cuando, sobre el tiempo reglamentario, Davo cabeceó un centro desde la derecha pero Laviana, una vez más, desviaba el remate a córner acabando así con las esperanzas del Tuilla.