Este intermedio en las grandes ligas nos ha regalado un matrimonio futbolístico que puede dar mucho juego. El Liverpool es un club diferente, con una mística especial, y a partir de ahora contará con un entrenador, Jürgen Klopp, que también trasciende a los resultados. Entre la mística de Anfield y el carisma de Klopp, la Premier League gana un punto más de atracción. El técnico destituido, Brendan Rogers, estuvo a un resbalón de Gerrard de lograr el título hace dos años, pero no acabó de conectar con la grada. Klopp ya lo ha hecho sin sentarse en el banquillo. Porque ha dejado claro que sus méritos en el fútbol no son nada comparados con los de su nuevo club. "Soy The Normal One", sentenció en su presetanción el alemán, que se acostumbró en el Borussia Dortmund a pelear con los gigantes y, de vez en cuando, a ganarlos.