El ajustado resultado final y lo acontecido en el tiempo añadido, en el que el Sporting B llegó a igualar el choque por mediación de Mendi (minuto 92), dan a entender que en el duelo ante la Arandina, el filial perdió un punto sobre el pitido final. Pero lo cierto es que el conjunto de Tomás Hervás volvió a mostrar su peor versión ante un rival muy superior, pero que no definió en los metros finales. El Sporting B tenía en este duelo una buena ocasión para confirmar su victoria ante el Astorga y dar un salto cualitativo en la clasificación, pero lo desaprovechó tras un partido tenebroso en defensa y desconectado en ataque.

Y todo ello pese a que el duelo se le puso de cara a los noventa segundos del partido, tras un pase en profundidad a Álvaro Bustos, que encontró una autopista en la banda izquierda para llegar al área y ceder a Pablo Fernández, que empujó el balón a la red. El 1-0 nada más iniciarse el partido era el mejor sueño de Tomás Hervás. Pero todo se convirtió en pesadilla con la imagen ofrecida por los rojiblancos, que no sólo dieron un paso atrás, sino que mostró una actitud preocupante y con un juego demasiado lento para la calidad que se le presupone a la plantilla.

La Arandina fue amo y señor del partido. Las llegadas del conjunto burgalés eran continuas, principalmente por mediación de Pau. Precisamente en un saque de esquina llegó la igualada tras una falta de comunicación entre Busquets y la defensa gijonesa a la hora de despejar, acabando el balón en la cabeza de Pau tras un rechace. El filial estuvo irreconocible, desconectado, impreciso y poco profundo en ataque y sin embargo en un contragolpe pudo irse al vestuario con ventaja, pero Dreyer no atinó en su centro hacia Sergio Menéndez, que remató ya demasiado escorado.

Tomás mandó un mensaje a los suyos con la entrada de Juan Mera para buscar el desequilibrio por las bandas, pero sus indicaciones no calaron. Tras dos ocasiones claras malogradas por la Arandina que paró Busquets, una falta desde la frontal de Gonzalo se coló por el lado del guardameta, que estuvo flojo a la hora de repeler el balón para evitar el 1-2. El filial no daba atisbos de ir por el camino correcto para igualar el choque y cuando daba algún chispazo, la Arandina lo frenó.

El Sporting B solo llegó a inquietar en el minuto 92 con un balón que Mendi cazó tras una falta lateral. El avilesino daba la esperanza de puntuar en un duelo en el que la Arandina había hecho más méritos para lograr el triunfo. En esta ocasión, el fútbol quiso ser justo con un potente disparo ajustado de Manu Rodríguez que sorprendió a Busquets. El filial se fue de vacío por segunda vez consecutiva en casa y ofreciendo una imagen lejana del inicio de la temporada. La derrota, al menos, que sirva de aprendizaje. Sería la única nota positiva de un partido para olvidar.