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Fondo Norte

La bendición del último minuto

Guerrero evitó una decepción a la parrilla para un Sporting que perdía por dos tantos en el minuto 87

El Sporting se ha apuntado a la bendición del último minuto. Dos puntos en Cornellá llegaron en el instante final con el gol de Álex Menéndez, y uno anoche, con el gol de Guerrero, el primero del "nueve" rojiblanco en Primera, celebrado como si hubiera significado un título. Pero casi. Porque en el encuentro de anoche había bastantes cuentas pendientes y el empate las dejó como estaban. Durante muchos minutos una decepción a la parrilla sobrevoló el húmedo Molinón, con menos público que otras veces por razones lógicas dada la fecha, la hora y la noche inclemente.

A los ochenta minutos del partido el Sporting perdía por uno a tres ante el colista Granada, dirigido por el exrojiblanco Sandoval. Y no perdía por más goles por la torpeza rematadora de los andaluces, que, solos ante Alberto, primero, y, después, ante Luis Hernández, fueron incapaces de hacer el cuarto gol, que hubiera sido una especie de dolorosa puntilla. Entre ese minuto y el noventa y cinco, hasta donde las pérdidas de tiempo andaluzas habían mandado el partido, los rojiblancos repararon el flojo partido que habían hecho y salvaron un empate ante un rival con nueve jugadores.

El partido había empezado bien para un Sporting que pronto se puso en ventaja gracias a una sabia estrategia, resuelta por Bernardo con un preciso cabezazo. El pase final fue de Lora, que pronto empezaría a sufrir la velocidad y habilidad de Success, autor del pase del gol del empate, del golazo que puso en ventaja al Granada y de la jugada del tercer tanto. Success fue la clave del partido. Por su presencia en los goles del Granada y por la ausencia final, decidida por Sandoval, que liberó al Sporting de la angustia de ver a aquel rival correr como un demonio hacia el área de un abandonado Alberto.

La marcha de Success fue una especie de toque de trompeta para que el Sporting lanzara la ofensiva final ante un rival que fue perdiendo jugadores por dobles amarillas y resuello. El Sporting se echó adelante con todo y una aparición del mago Halilovic, condenado al ostracismo de la banda donde apenas entra en juego, sirvió para que Nacho Cases metiera un remate raso imposible para Andrés. Era el aviso definitivo de que el Sporting no iba a perder. Y no perdió gracias a un espléndido remate de Guerrero en el instante final, que desató la euforia en el campo y en la grada.

Los tres goles, el punto, la fiesta final no pueden esconder la realidad de que este admirable Sporting tiene un problema, que no gana en casa, cuestión primordial para el éxito de la temporada. El Granada estuvo en un tris de llevarse una clara victoria, un equipo lento, con jugadores que dan la impresión de pensar sólo en ellos. A finales de octubre el balance casero son dos empates, ante el líder y el colista, y dos derrotas, ante Valencia y Betis. Hay que resolver esta cuestión porque la bendición del último minuto dura lo que dura.

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