Con siete años comenzó a practicar artes marciales, judo, kárate, taekwondo, entre otras modalidades, hasta que con 22 años se sintió atraído por la lucha olímpica. "Empecé en este deporte porque me gustaba, me atraía desde siempre y pensé que se me podía dar bien", indica el gijonés Alfredo Ronquillo. La carrera de este luchador asturiano ha seguido desde entonces una evolución ascendente, que tiene su última parada, de momento, en el podio al que se subió en el último mundial que se celebró en Turquía hace unas semanas, donde logró el bronce en la modalidad de Grappling.

De carácter competitivo, Ronquillo se quedó con cierto sabor agridulce tras colgarse la medalla. Y es que quería más, su objetivo iba más lejos. "Claro que estoy contento por la medalla, pero quería ser campeón del mundo, quería ganar", asegura.

El bronce en el mundial es el último triunfo de Ronquillo. Un éxito que viene avalado por un amplio palmarés fruto de mucho trabajo y esfuerzo, de muchas horas de entrenamiento y sacrificio. "No soy profesional, compagino este deporte con mi trabajo", señala el luchador gijonés, que aún recuerda el combate que le dio el bronce en el campeonato del mundo. "En el mundial tuve cinco combates y el que me dio la medalla de bronce fue contra un luchador francés", indica. "Todos los combates fueron muy duros", añade. Y es que Ronquillo se tuvo que enfrentar a luchadores que viven de este deporte y que basan su vida en la lucha. "Al mundial va la élite, que vive de este deporte, aquí no pasa eso, yo entreno, compito y trabajo. Mi pareja muchas veces me dice que no tengo vida personal", apunta, entre risas.

En el palmarés de Ronquillo destacan dos medallas de plata en el campeonato de Europa celebrado este año en Italia en las modalidades de Grappling y Grappling Gi. Además, el luchador gijonés es cinco veces campeón de España. En su vitrina de triunfos tampoco faltan los campeonatos de Asturias, algo que Ronquillo logró en varias modalidades durante varias temporadas. ¿Satisfecho? Ante esta pregunta, el competitivo luchador asturiano sentencia de manera rotunda que "no, me hubiera gustado ser campeón del mundo".

Ronquillo pelea con el Asturcon Gin y se prepara también con el club de lucha San Lorenzo. El deportista sigue una disciplina férrea de entrenamiento. "Entreno todo lo que puedo y más", declara. Y es que un día cualquiera en la vida de este deportista empieza a las 6.00 de la mañana, hora a la que se levanta para entrar a trabajar una hora después. Sale a las 19.00 horas y después empieza su rutina de entrenamiento. "Hay días que me dan las doce de la noche y sigo entrenando", dice. Trabajo físico y de gimnasio forman parte de su rutina casi diaria. Y todo para perseguir un sueño. Y es que Alfredo Ronquillo tiene muy claro lo que quiere. ¿Qué es? "Mi reto es conseguir el oro en el mundial del año que viene", dice. Es consciente de que el camino no será fácil, pero él está convencido de que lo conseguirá. Para ello entrena y trabaja y a ganas e ilusión, a buen seguro que no le gana nadie.

Para llegar al mundial de Turquía, Ronquillo tuvo que superar varias pruebas y obtener unas calificaciones. Logró el campeonato regional y así pudo acudir al nacional, que también consiguió llevarse a su casa. Fue entonces cuando la federación española llamó a su puerta y lo seleccionó para luchar en el Europeo. Tras su buena actuación en Europa, obtuvo la plaza para el mundial. "No es fácil", apunta Ronquillo, que quiso lanzar un llamamiento para que los patrocinadores apoyen este tipo de deportes minoritarios. "Es fundamental para que podamos luchar", señala. Ronquillo tiene la ayuda de Last Round, que le da equipamiento deportivo, y Nutri Frog, que le ayuda con alimentación deportiva. Pero nada más. "En otros países, este tipo de deportistas reciben muchas más ayudas, aquí apenas nos apoyan", reitera.

A sus 36 años recién cumplidos, este luchador tiene por delante, si le respetan las lesiones, una carrera más que prometedora. Por su cabeza no pasa la fecha de retirada, es más, sólo existe un pensamiento: conseguir ser el mejor del mundo en 2016. Para ese combate aún quedan varios meses en los que Alfredo Ronquillo soñará, en más de una ocasión, con su reto, su sueño, el de subirse a lo más alto del podio del mundial y poder decir que es el mejor del mundo. De momento, seguirá luchando hasta que llegue su momento, que llegará. Y será entonces cuando se enfrente a su combate más importante, a su combate más grande, al que lleva esperando desde que comenzó en la lucha hace más de una década.