El recorrido de la edición de 2016 del Tour de Francia, desvelada ayer por los organizadores, cede a la montaña el mayor protagonismo, aunque matizado por dos accidentadas contrarrelojes que devuelven cierto equilibrio a la prueba.

Tras el experimento de la pasada edición, con apenas 13 kilómetros cronometrados, la menor distancia desde que en 1947 se introdujo en el Tour esta disciplina, los organizadores han vuelto a una versión más clásica.

"El Tour de 2016 será tan montañoso como el del año pasado, aunque las dificultades estarán más repartidas a lo largo de las tres semanas", aseguró ayer en París el director de la prueba, Christian Prudhomme.

El Tour ascenderá dos puertos más que en la pasada edición pero tendrá una llegada menos en alto, cuatro.

A ello se suman más kilómetros cronometrados, repartidos en dos etapas. La primera de 37 entre Bourg-Saint-Andéol y el Pont d'Arc, un día después de haber ascendido el temible Mont-Ventoux y en vísperas de comenzar los Alpes.

La segunda será una auténtica cronoescalada entre Sallanches y Megève, apenas 17 kilómetros en los que solo el inicio es llano.

Será tres días antes de la llegada a los Campos Elíseos y por delante quedarán dos citas alpinas, el macizo que en 2016 cobrará, como en 2015, la mayor importancia.

Como ya se sabía, el Tour comenzará el 2 de julio en el Mont-Saint-Michel, una salida espectacular que reivindica la vocación de la ronda gala por mostrar las bellezas turísticas de Francia.

Tras conocer el recorrido Alberto Contador señaló que "el recorrido es claramente favorable para los escaladores. Las dos contrarrelojes son las que pueden marcar diferencias: la primera no es excesivamente larga y a priori me gustan las dos".

Por su parte, Alejandro Valverde manifestó que "es un recorrido un poquito más abierto que el año pasado y, sin duda, bonito e interesante. Las etapas son más largas y la montaña es más variada".