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Baloncesto

Oviedo tiene Swing

Un Unión Financiera sólido en defensa y en el que destaca el alero estadounidense gana un igualado duelo ante el Ourense

Jordan Swing, con el balón, rodeado de jugadores del Ourense. MIKI LÓPEZ

El público disfrutó como en los mejores tiempos de una emocionante y divertida segunda parte que concluyó con el final feliz que todos ansiaban en Pumarín. La victoria del equipo de Carles Marco, la segundo en los cuatro partidos que van de temporada. La entrada al campo del veterano Guillermo Rejón, viejo conocido de la cancha ovetense, y las provocaciones de Agbelese dieron al partido el picante que le había faltado en la primera mitad. Un picante que dejó buen sabor de boca al respetable porque el Unión Financiera supo estar a la altura y sumar su segunda victoria de la temporada, las dos en casa.

Pero si en la segunda parte sucedió lo más interesante del partido, lo cierto es que la victoria se cuajó desde el inicio gracias a una intensidad en defensa que duró todo el partido y en la que el equipo local sustentó su triunfo. A los ovetenses, a veces espesos y con todavía muchas cosas por mejorar, se les notó dolidos por la mala imagen que dieron la semana pasada en Logroño, donde cayeron por 92-64.

El encuentro estuvo igualado hasta casi el final. El Unión Financiera fue casi siempre por delante pero sin conseguir acumular una ventaja importante. En la primera mitad su máxima renta fueron ocho puntos (33-25) a 2.10 del descanso. La primera mitad concluyó con 37-31 para los de Carles Marco y con la sensación de que todo estaba por decidir en un partido que estaba siendo muy trabado y en el que el público no había acabado de meterse.

Todo cambió en el tercero. El primero que quiso erigirse en protagonista fue el visitante Pedro Rivero. Dos triples suyos y uno de Kapelan pusieron al Ourense a dos puntos (43-41) de los ovetenses a 6 minutos del final del tercer cuarto. Un tiro libre del ayer negado Rowley puso a Ourense a un punto (43-42). El temor a que el partido se les escapara se notaba en el ambiente. Y ahí apareció el que nunca se esconde y siempre tira del carro: Víctor Pérez. Dos tiros suyos y una antideportiva de Rowley que vino también tras una buena acción del sevillano llevaron la ventaja hasta los siete puntos (51-44) a 4.31 del final del cuarto, y, mucho más importante, encendieron al público. Pumarín volvió a ser esa caldera que puede marcar la diferencia cuando los partidos están igualados. El público lo protestaba todo y presionaba cuanto podía al Ourense. Pero los gallegos reaccionaron bien para impedir que el Unión Financiera se fuera en el marcador. El tercer cuarto acabó 58-54. El espectáculo estaba servido y aún faltaban los mejores minutos del gran protagonista del día: Jordan Swing.

Un triple del visitante Zamora empató el partido a 60 a 7.08 del final. Swing, que tiene una facilidad para anotar asombrosa, encabezó la reacción de los ovetenses con un triple y un robo de balón que le sirvió para anotar una canasta fácil y disparar la ventaja a cinco puntos (65-60) a 6 minutos del final. El estadounidense se fue hasta los 20 puntos y respondió siempre a los intentos de acercamiento del equipo gallego.

Swing encontró un gran aliado en uno de los jugadores más queridos en Pumarín, Kevin Van Wijk. El holandés es otro, como el propio Swing y como Víctor Pérez, de esos a los que les gusta tener el balón en las manos cuando el partido está caliente, cuando realmente importa lo que vayan a hacer con él. Dos triplazos del pívot holandés, el último de ellos a 1.19 del final, dieron la puntilla (74-67) al Ourense.

Buen partido de un Unión Financiera al que aún le faltan piezas por encajar. Mario Cabanas está lejos de su mejor nivel y Trist, a pesar de sus buenos números, aún está en proceso de adaptación. Pero el buen camino quedó trazado ayer en Pumarín.

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