El suizo Tony Rominger (1961) estará en el Centro Cultural de La Fresneda el 21 de noviembre con motivo de un homenaje que recibirá el equipo CLAS (Central Lechera Asturiana) por parte del Ayuntamiento de Siero. El suizo fue el gran líder del histórico equipo asturiano adjudicandose entre otros triunfos tres Vueltas a España (1992, 1993 y 1994), un Giro de Italia (1995), dos París-Niza (1991 y 1994), dos Vueltas al País Vasco (1992 y 1993) y una Subida al Naranco (1992). Ante su regreso a Asturias, hace un repaso a su carrera.
-¿Le ilusiona volver a Asturias?
-Me hace mucha ilusión porque hace años que no iba. Ahora tiene mucho de sentimiento porque es un homenaje al CLAS, no a Rominger porque yo fui un ciclista más. Si conseguí muchos triunfos fue gracias al trabajo de los compañeros. Sin ellos no hubiera sido nada.
-Llegó al CLAS como un ciclista de una semana y luego fue un grande en las Vueltas.
-Me supieron arropar bien con los compañeros y en un gran equipo. Eso me hizo tomar confianza y por eso llegaron mis triunfos en Vuelta y Giro. Así logré muchos y muy variadas victorias. Pero lo principal es como me quiso la afición. Eso nunca lo olvidaré.
-¿Con qué triunfo se queda?
-Con todos, pero el más emocionante fue la etapa con llegada al Naranco con toda la gente animándome y todo el equipo Once tirando por detrás. Mi primera Vuelta tuvo un sabor especial aunque luego las otras dos por sus circunstancias y la enfermedad en la última crono en Santiago de Compostela nos tuvo muy nerviosos.
-No me habla de la victoria en el Giro 1995.
-Fue la carrera más dura que corrí en mi vida, menos mal que tuve unos compañeros extraordinarios que me llevaban colocado hasta el final. Estaba cerca de mi final y no era capaz de sufrir como antes.
-Su espina fue no ganar el Tour.
-Después de ganar tanto me faltó ganar la carrera francesa aunque en 1993 fui segundo en una gran duelo con Miguel Indurain donde tuve mis opciones. Pero hay que ser realista: mi problema con el Tour es que se disputaba en julio y con calor no iba como yo quería. La prueba es que hice pocas veces esa carrera porque no me gustaba. A mí me iba mejor el frío y la lluvia, mientras que Indurain en esas condiciones no rendía bien. Esa fue la diferencia que teníamos los dos.
-Conoció a otros muchos campeones. ¿Quién fue el que más le impresionó?
-Sin duda me quedo con Miguel Indurain porque era un ciclista capaz de ganar en todos los terrenos y ambos corríamos durante toda la temporada empezando por París-Niza y acabando en Giro de Lombardía donde gané en ambas pruebas. No como ahora que los ciclistas se centran en pocas carreras. Y luego también admiro a Indurain porque es una gran persona. Teníamos nuestra rivalidad sobre la carretera pero al bajarnos de la bici sabíamos respetarnos.y mantenemos una gran amistad Por todo eso Miguel fue muy grande.
-Los dos batieron el record de la hora pero ahora la UCI no lo tiene en cuenta.
-Es por las normas nuevas que tienen que ver con las bicicletas, pero cuando pase un tiempo nos volverán a colocar en ese palmarés porque el ciclismo necesita que los grandes campeones estén en ese ranking para prestigiarlo.
-Después de dejar la competición se hizo representante de ciclistas.
-Fue otra forma de aportar cosas al ciclismo y estoy muy contento de esta nueva faceta. Si me quedo con uno es con Cadel Evans porque fue un gran campeón al que le faltó ser un poco más rápido o un poco más fuerte contra-reloj para conseguir más triunfos. Ganó las carreras más importantes como Tour, Giro y Mundial, pero de rodar mejor en las cronos hubiera sido como Indurain o yo y conseguido otras grandes victorias.
-¿Qué objetivos tiene ahora?
-Aún soy representante de algunos ciclistas pero podría decirse que empecé con Evans y me retiré prácticamente cuando él lo dejó. Lo nuestro fue como un matrimonio por los años que duró. Ahora me dedicó más a viajar y pensando en cuanto pueda en jubilarme para disfrutar de la vida y estar con los amigos. Como me va a pasar en La Fresneda donde podré volver a abrazar a amigos que no veo hace tiempo.
