Al Marino de Luanco le queda por delante un entrenamiento más para terminar de preparar el partido ante el Roces. El equipo ha aplazado el partido de Miramar a mañana aprovechando el día de fiesta (16.00 horas) y eso ha trastocado el plan semanal de entrenamientos. La plantilla tendrá una sesión de trabajo hoy en Miramar y ya está totalmente concentrado para el choque.

Y es que el conjunto luanquín no puede permitirse otro traspié en esta etapa del calendario. El inicio irregular en cuanto a resultados que ha tenido el Marino le ha llevado a patinar con equipos de la parte baja de la tabla, pero también a sacar puntos en los duelos contra equipos de arriba, donde aspira a estar el propio conjunto luanquín.

El equipo ha puntuado en las dos últimas jornadas, ante dos equipos que están en puestos de descenso, pero solo ha sumado 4. En casa ante el Astur ganó por 3-0, pero el pasado fin de semana solo pudo sacar un empate ante el Gijón Industrial, pese a que los marinistas hicieron un buen partido. Mañana se enfrentan a un Roces que comenzó la liga con cinco derrotas consecutivas, pero que poco a poco está sacando la cabeza del pozo y ya está en la 15.ª posición de la tabla. De hecho, ha puntuado en los últimos cinco partidos y llega de ganar ante el Urraca, así que no hay lugar a confianzas.

Para sacar provecho del partido, el técnico cuenta, a priori, con las bajas ya conocidas de Boris, José Ángel y Samuel. Tres bajas en defensa, que están penalizando mucho al equipo atrás y las que intentará superar una vez más el equipo.