El sábado volvieron a encontrarse el Deportivo y el Atlético de Madrid sin que el partido fuese un asunto de vida o muerte. Pero casi un año después, los asesinos de Javier Romero Taboada, Jimmy, siguen en libertad. Y lo peor, por lo que se ha conocido de las investigaciones, es que están perfectamente identificados a través de las declaraciones de testigos y otras pruebas logradas por la Policía. Gracias a la habilidad de sus abogados defensores, pagados por cierto por el Frente Atlético, los presuntos autores se han aprovechado de un error en el primer atestado policial, por el que se habría confundido a la víctima. Porque antes que Jimmy otro seguidor coruñés fue arrojado al río, aunque logró salvarse. Los agresores fueron los mismos, pero ha bastado ese desliz para que, como en la película, el asesino ande suelto.