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una semana de pasada

Que sea para bien, mister Slim

Esta semana se ha confirmado aquello que el presidente del Oviedo, Jorge Menéndez Vallina, había soltado como un aviso a navegantes en plena euforia dominical: Carlos Slim es (aún más) dueño y señor del Oviedo. Que una sola persona tenga más del 70 por ciento del accionariado de un club puede ser muy bueno. O muy malo. Si es el síntoma de un plan a largo plazo, sensato y calculado, tiene toda la pinta de llevar camino del éxito. Pero la historia del fútbol, y en España tenemos algunos ejemplos cercanos, está llena de cuentos de la lechera con un final nada feliz. En Málaga, sin ir más lejos, pasaron de verse en una semifinal de la Liga de Campeones a sufrir con un equipo muy justito por un quítame allá unos negocientes frustrados de su jeque. Así que habrá que confiar en que Slim y sus enviados a la tierra se lo tomen con calma y no actúen en función de si la bolita entra o pega en el poste. Porque esto, como la Segunda División, es muuuuuuuy largo.

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