Un doblete de Alcácer y otro de Parejo, a los que sumó Mustafi en el recta final, activaron a un Valencia al que le bastó su acierto y efectividad para golear a un buen Celta, que encadena su tercer partido sin ganar en casa.

El Valencia, que no marcaba cinco goles a domicilio desde 2007 (1-5 al Levante) se presentó en Balaídos con la lección bien aprendida: defender y contragolpear. Y la táctica le funcionó. Un formidable pase al espacio de Parejo resuelto con calidad por Alcácer, inalcanzable en la carrera para Fontás, puso por delante al equipo de Nuno antes de alcanzar el primer cuarto de hora.

A partir de ahí el dominio del Celta fue aplastante. Sufrió la retaguardia valencianista con las diagonales del chileno Orellana, ganador de cada duelo con Gayá, pero también se sintió amenazado el Celta cada vez que su rival circuló con rapidez y salió al contraataque.

Después de que Nolito pidiese penalti por un derribo de Vezo, el capitán celeste Augusto Fernández logró la igualada, remachando en el segundo palo un córner botado por el propio Nolito.

El gol animó al Celta, que se lanzó a por el segundo, el cual pudo llegar si Vicandi Garrido hubiera concedido la ley de la ventaja cuando Nolito, tras falta de Javi Fuego sobre Hernández al borde del área, se quedaba sólo ante Doménech.

El Celta era el que más lo buscaba, pero al filo del descanso André Gomes forzó una falta al borde del área. Parejo, con un sutil toque, colocó el balón en la escuadra de Sergio Álvarez. Castigo que se agrandó al minuto de la reanudación tras un monumental error de Jonny, quien al querer cederle el balón a su portero le pasó el balón a Alcácer, que no perdonó en el mano a mano.

Siguió intentándolo el Celta, fiel a su estilo, y pudo engancharse en tres minutos de locura, en los que Aspas se encontró con el poste, Doménech evitó el gol de Nolito y Fontás, en inmejorable posición, remató demasiado alto. Perdonaron los vigueses y el Valencia acabó goleando en un elogio a la eficacia.