El Real Avilés goleó en el Suárez Puerta ante un Atlético Lugones que ofreció muy poco en ataque. Eso es lo que refleja el marcador, un 4-0 que permite a los blanquiazules mantener la presión sobre el Caudal tras el tropiezo de la semana pasada y evitar que sus perseguidores se le acerquen. Sin embargo, el partido fue más complicado para los locales de lo que refleja el resultado. El Lugones, si bien no dio muchos sustos al guardameta blanquiazul, sí tuvo el balón por momentos y no dejó sentenciar el partido a los realavilesinos hasta que se quedó con diez jugadores, en el minuto 73 por la expulsión de Duque.

El técnico del conjunto blanquiazul dio descanso a los jugadores más cargados y sorprendió con un centro del campo más defensivo y sacrificando las bandas en favor del juego interior. En la primera parte no funcionó como quería. El equipo local no encontró fluidez, estuvo impreciso en los pases y fueron los ovetenses los que ganaron la partida en la media. Eso sí, la estrategia blanquiazul marchó bien en otro sentido: el Lugones trabajó, pero no pudo pasar el muro que separaba el centro del campo del área.

El gol cayó del lado blanquiazul. Recién entrado el visitante Eneas por la lesión de Nacho Vitorio, un desajuste defensivo permitió a Ibón dar un excelente centro desde la banda derecha para que Cristian cabeceara a placer al fondo de la red en el minuto 25.

Tras el descanso, el Avilés se lanzó con más ahínco a por la portería rival y comenzó a tener ocasiones más claras, que no era capaz de convertir en goles, como la triple oportunidad que desbarató primero el portero Pablo Herrero, luego la defensa y al final atrapó el meta. El Avilés estaba perdonando y, pese a ir ganando, daba la sensación de que cualquier pequeño error podía terminar en el gol del empate para los ovetenses, que jugaban con criterio pero sin llegar a Guillermo.

El error llegó, pero del lado visitante. El árbitro pitó una mano del defensa Duque bajo el travesaño, en otra doble ocasión blanquiazul. Expulsión y penalti, que no desaprovechó Jorge Rodríguez. Ahí sí que el partido fue otro, propiciado también por la entrada de los jugadores de bandas, que dieron más velocidad al juego. El Avilés encontró los espacios que hasta el momento se le habían negado. Todos querían marcar, incluso pecando de individualistas en ocasiones.

Un minuto después del penalti, en el 75, Jorge Rodríguez volvió a ver portería en un centro de Cristian que remató solo para que el balón tocara en un defensa y describiera una parábola imposible para Pablo Herrero y, en el 83, Cristian también se hizo doblete en una jugada individual que terminó en un mano a mano con el meta, en el que el avilesino ganó la batalla.

La buena noticia del partido, el resultado; la mala, la lesión de Ibón en su reaparición, que tuvo que tuvo que retirarse en el minuto 52, tras torcerse el tobillo y está a la espera de pruebas.