Ahora que Benzema está metido en otro lío, allá va una reivindicación puramente futbolística. Le echo de menos en el campo y estoy convencido de que la mediocridad futbolística del Madrid tiene mucho que ver con su ausencia. Desde que desapareció de las alineaciones, el impecable -numéricamente-Madrid de Rafa Benítez apenas ha dejado veinte minutos buenos en Balaídos y el primer tiempo de París. Nada más. El resto responde a esa conocida combinación de portero milagroso y delantero rompedor. Es difícil encontrar un "9" que influya tanto en el juego de un equipo como Benzema. Y que sea tan generoso. Porque siempre parece más interesado en que funcione lo colectivo por encima de su lucimiento. Conociéndole es probable que su último resbalón judicial tenga que ver con esa costumbre suya de mejorar la vida de los demás sin darse cuenta del peligro que corre la suya. Otra cosa es que, como el Barça con el (supuesto) defraudador Messi o el Betis con el (supuesto) maltratador Rubén Castro, el Madrid dé todo su apoyo a un (supuesto) extorsionador.