Conoce el Cervino, la montaña más famosa de los Alpes para los alpinistas, como la palma de su mano. No en vano, el italiano Hervé Barmasse nació a su vera y recoge el testigo de tres generaciones familiares anteriores, pero dando un paso más allá al ser el primero en abrir nuevas vías y ponerle un mayor punto de dificultad al hacerlo en invierno. Sus numerosas experiencias quedaron ayer expuestas en el teatro Jovellanos con motivo de la Semana Internacional de Montaña de Gijón.

El alpinista italiano resaltó su pasión por la montaña y en especial por el Cervino. "Es la montaña perfecta para mí, la más preciosa y la que mayor significado tiene en mí", relató. Hervé acompañó sus vivencias con vídeos y explicaciones sobre otras vivencias como sus expediciones en la Patagonia o el día que decidió hacer montañismo, pero su punto fuerte se centró en la montaña de los Alpes, donde apenas le quedan retos por superar. "Si hago algo en el Cervino ya voy a repetirme y eso no me gusta, la última vía que abrí fue el Pico Muzzio en el 2.011", comenta. Sin embargo, el italiano abre la puerta a nuevas experiencias, aunque no desvela el proyecto que aguarda en su mente. "Es algo que creo que será increíble y diferente, pero lo primero es hacerlo para poder hablar sobre ello", explicó con una sonrisa que desvela su pasión por batir una nueva meta en su vida en las montañas.

Hervé destaca por realizar varias rutas en solitario en el Cervino y convertirse en un pionero en este apartado. Sin compañía. Solos él y la montaña. "Lo más difícil de ir en solitario es sin duda el aspecto mental. Si tienes éxito es difícil de comprenderlo y cuando tienes miedo o tienes que tomar una decisión no puedes compartirlo con nadie y es delicado", analiza. Sin embargo una de sus mejores vivencias de las numerosas que ha pasado en el Cervino es la de haber podido escalar una nueva vía junto a su padre. "No es habitual abrir una nueva ruta con tu padre y además era complicada ya que muchos no lograron terminarla con éxito. Por ello fue especial, además no se trataba de triunfar o fracasar, sino de vivir o morir", explica con sinceridad.

Hervé Barmasse se encuentra en plena recuperación de una operación que estuvo cerca de apartarle de por vida de las montañas, pero logró escalar con éxito la cima más delicada en su vida para continuar adelante. Por ello, no descarta, escalar algún día los Picos de Europa. "Tienen sus similitudes con el Cervino, son un símbolo y me encantaría algún día hacer su ruta", confiesa.