"Los que salimos al campo a competir o dejar de competir somos nosotros y cada uno tendrá en su conciencia lo que hace o deja de hacer, pero somos los únicos culpables tanto este año como de lo que pasó la temporada pasada". Son palabras de Guaya, el capitán del Marino, ante los difíciles momentos que está viviendo el club porque el equipo no está respondiendo a las expectativas creadas, y si no media una reacción inmediata peligra el objetivo del retorno a Segunda B puesto que ya está a 18 puntos del líder Caudal y a diez del play off.

El presidente, Luis Gallego, anunció que el técnico, Blas García, tiene de margen hasta que matemáticamente sea posible sumar 32 puntos en la primera vuelta (tiene que sacar al menos 17 de los 21 que restan) y Guaya asegura que el vestuario apoya al técnico. "Yo de momento no oí ni una mala palabra hacia él ni hacia los que trabajan con él, la gente trabaja día a día y él toma las decisiones al final de la semana".

El capitán afirma que los jugadores son conscientes de la situación y pide calma porque "el vestuario cree en la reacción" y en cumplir los objetivos. "Son diez puntos los que nos separan del play off y hay muchos aún en juego. No veo a nadie cabizbajo ni a nadie que no crea que podemos meternos en la liguilla, y los veteranos no vamos a permitir que se pierda la ilusión por lograr las metas porque tenemos que implicarnos todos para sacar esto adelante por el bien de todos".

Guaya admite que el ultimátum del presidente añade más presión tanto al técnico como al vestuario. "Es lógico porque en el fútbol mandan los resultados, pero nosotros sabemos que el trabajo está siendo bueno". Y añadió: "No estamos teniendo suerte en nada y ahora vienen los partidos duros que es donde se verá si el equipo está capacitado para meterse en la liguilla o no. Yo tengo confianza porque contra los fuertes estamos compitiendo bien, el problema es que fallamos con los de abajo", explicó.

El camino a seguir está claro para el defensa canario. "Tenemos que ir partido a partido, salir a ganar cada domingo y esperar a ver que hacen los rivales, porque también tendrán sus rachas malas, pero si miramos hacia el líder nos equivocaremos porque, como mucho, no hay que perder de vista al cuarto y ni siquiera eso".

El equipo estuvo muy mermado por las lesiones en el primer tercio de la Liga, algo "normal" para el capitán teniendo en cuenta que se entrenó en Balbín. "La gente que conoce el club sabe lo que es Balbín y que no ayuda mucho, aunque tanto el presidente como el míster intentan entrenar lo máximo posible en Miramar mientras el tiempo aguante, pero está claro que desde que empezamos a ir a Balbín empezó a caer la gente y eso no es culpa del club ni del entrenador, es de la gente que lo mantiene en esas condiciones".

La mala dinámica se vive peor en el entorno y entre la afición porque es continuidad del pasado año, en el que el Marino estaba prácticamente descendido a falta de dos partidos para finalizar la primera vuelta. "Es verdad que no están siendo años buenos, ni personal ni colectivamente pero el fútbol es así y entre todos tenemos que intentar salir de ahí sumando de tres en tres porque ya no nos vale hacerlo de uno en uno", señaló el capitán.

Y este año no es un problema de jugadores. "Muy pocos equipos tienen una plantilla como la nuestra, pero los nombres tampoco dicen mucho y la gente se equivoca al pensar que el Marino tiene que arrasar en Tercera", explicó Guaya para añadir: "Son malos momentos, rachas malas que no son normales porque en algunos partidos de fuera de casa hemos hecho el ridículo".

El capitán es consciente de que se había generado mucha ilusión por subir, pero recuerda que no es fácil. "Hay que tener paciencia y seguir trabajando para salir de ahí como sea porque para eso nos pagan. El problema es que van pasando las semanas y no te metes".