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Luis Enrique enjabona a Benítez

Al Barcelona le faltó un gol para repetir el histórico resultado del equipo de Cruyff

Hace ya bastantes años el Real Madrid de las cinco copas pasó por el viejo Carlos Tartiere de Oviedo con una victoria clara y una exhibición de juego. Al final del partido Alfredo Di Stéfano cogió la pelota, se acercó al oviedista Artabe, se la dio y le dijo: "Tomá, tocala", con ese acento argentino insufrible cuando se trata de humillar al contrario. Pues una escena similar se pudo vivir anoche al final del partido del Santiago Bernabéu en el que el Barcelona le pegó un repaso histórico a un Real Madrid que ha entrado en barrena y que anuncia un año de crisis. Estamos en noviembre y el equipo blanco se ha desmoronado de una forma estrepitosa. En dos partidos, Sevilla y Barcelona, un gol a favor y siete en contra. Unos números de equipo condenado al descenso.

El partido no tuvo color desde el minuto uno al noventa y tantos. En el Madrid no defiende nadie; ni los tres de arriba ni los cuatro de abajo, con un Sergio Ramos que ha sido renovar y no llegar a un balón. El Madrid veía cómo el rival movía el balón con serenidad, orden y peligro en cuanto se acercaba al área de Navas. La victoria azulgrana se vio desde los primeros compases y se aseguró sobre el minuto diez de juego cuando llegó el primer gol de los cuatro que iba a marcar el Barcelona de Luis Enrique. El quinto, el que serviría para repetir aquel legendario cero a cinco del equipo campeón de Cruyff, no llegó porque el joven Munir acumula torpezas.

El Barcelona sale de Madrid lanzado hacia el título de Liga, el triplete y lo que se ponga por delante. Bañó al Real Madrid con Messi en el banquillo, con lo que eso significa. Cuando su entrenador, Luis Enrique, dijo que encaraba el clásico como un iceberg sabía lo que iba a pasar; sabía que su equipo es muy superior a un rival cargado de multinacionales del fútbol que miran primero y después por su intereses, que no tienen un gramo de espíritu de sacrificio (lo de la BBC fue de bochorno), y que tiene jugadores que no alcanzan el mínimo exigible para este tipo de partidos. Pongamos que hablamos de Danilo e Isco, expulsado en el triste colofón de una noche triste.

En el Real Madrid quedan todos tocados. Desde el presidente, Florentino Pérez, que despidió a Ancelotti porque le olía a final de ciclo y se ha encontrado que en noviembre se le ha terminado el "ciclo Benítez". El entrenador, puesto en duda desde el comienzo, sale con el crédito agotado porque va dando bandazos del equilibrio al caos. Luis Enrique le ha dejado enjabonado, que es la peor situación en la que puede estar un entrenador cuyo final es cosa de dos o tres malos resultados. El final de ciclo que Florentino intuyó con Ancelotti le ha estallado meses después con Benítez, otro error presidencial.

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